"Que
hacen los jóvenes en calles oscuras alumbradas con luces de neón?
Sabemos que en
la oscuridad de la noche lo que hay es peligro.
Jóvenes retan
y apuestan su existencia ante tal peligrosidad.
Buscando
recovecos oscuros, en las calles solitarias, para protegerse del malvado que
deambula por las calles en tinieblas. Malvados que no les importa, nada ni
nadie, solo quieren delinquir.
Estos jóvenes,
si no se aman a sí mismos, entonces a quien están amando?
Siendo el
Primer Mandamiento: "Amaras a Dios por sobre todas las cosas".
Acaso no es
este descuido, una falta de amor?
Ni están
amando a Dios, ni a su padre, ni a su madre.
El otro
Mandamiento, que se está incumpliendo, es aquel que dice: "Honraras a tu
padre y a tu madre".
El que está en
desobediencia, está dejando de amar.
Que padre y
que madre pueden quejarse por falta de amor, por parte de sus hijos, si ellos
como hijos tampoco están atendiendo a su padre, ni a su madre?
Familias
desintegrándose por falta de amor, como olas del mar que golpean y desbaratan tan
rápido, como a castillos hechos de arena.
Vamos
acumulando nuestras propias faltas, hasta llegar a ver que estas mismas faltas van
en contra de nuestras propias posturas.
Dios no
castiga, son nuestras propias faltas las que se acumulan, como gotas de agua
que van llenando el cántaro, hasta que este se rebosa.
Con la
siguiente Ley, Dios NO nos está diciendo que hagamos tal cual nos hacen a
nosotros, más bien, lo que sucede allí, es que cuando una persona obra mal, se
le va acumulando su propia deuda, a menos que haya un acto de arrepentimiento y
de perdón.
"Si unos
hombres, en el curso de una pelea, dan un golpe a una mujer embarazada
provocándole un aborto, sin que muera la mujer, serán multados conforme a lo
que imponga el marido ante los jueces. Si hay lesiones, pagaran vida por vida,
ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por
quemadura, herida por herida, golpe por golpe." Éxodo 21, 22.
Jesús, nos
vino a explicar esta Ley de manera definitiva: "Ustedes han oído que se
dijo: "Ojo por ojo y diente por diente". Pero Yo les digo: No
resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha,
ofrécele también la otra. Si alguien te hace un pleito por la camisa, entrégale
también el manto. Si alguien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más
lejos. Da al que te pida, y al que espera de ti algo prestado, no le vuelvas la
espalda." Palabras de Jesús en Evangelio de Mateo 5, 38.