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NOMBRE DE LETRA
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DESCRIPCION
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SIGNIFICADO
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15
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Samech/Samej
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60
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Espina
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Coger/Odiar/Proteger
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Salmo 9, 1-26. | |
“Yo te alabo, Señor, con todo el corazón, | Alef |
Refiriendo tus numerosas maravillas. | |
En ti gozo y exulto | |
Y canto salmos a tu Nombre, Altísimo. | |
Cuando mis enemigos retroceden, | Bet |
Tropiezan y perecen ante tu presencia, | |
Pues tú llevas mi causa y mi litigio, | |
Sentado en tu tribunal de justo juez. | |
Tú repruebas a los pueblos, extirpas al impío | Guimel |
Y borras sus nombres para siempre: | |
Perece el enemigo en ruina sempiterna, | |
Arrasas sus ciudades, se pierde su recuerdo. | |
Pero el Señor se sienta para siempre, | He |
Apresta el tribunal para el juicio. | |
Gobierna el orbe con justicia | |
Y juzga las naciones rectamente. | |
El Señor es el torreón del oprimido, | Vau |
Su refugio en los momentos del aprieto. | |
En ti esperan los que saben de tu Nombre, | |
Pues tú no abandonas, Señor, al que te busca. | |
Celebrad al Señor que mora en Sion, | Zain |
Proclamad entre las gentes sus acciones. | |
Él recuerda el delito y pide cuentas, | |
Y no olvida el clamor del afligido. | |
Ten, Señor, piedad de mí, | Jet |
Observa mi pesar ante los que me aborrecen, | |
Elévame de las entradas de la muerte. | |
Así podre cantar tus alabanzas | |
A las puertas de la hija de Sion, | |
Y celebrar en júbilo tu auxilio. | |
Los gentiles naufragan en la fosa que hicieron, | Tet |
En la red que ocultaron se enmarañan sus pies. | |
Yahveh se manifiesta, lleva a cabo el proceso, | |
En las obras de sus manos cae preso el impío. | |
Los malvados retornan al seol, | Yod |
Y así todos los pueblos | |
Que se olvidan de Dios. | |
Él, cierto, no se olvida | Kaf |
Del pobre para siempre, | |
No se malogra por los siglos | |
La esperanza del humilde. | |
Levántate Yahveh, no se engría el humano; | |
A juicio las naciones ante ti. | |
Imponles tu temor, | |
Y que sepan los pueblos | |
Que solo son hombres. | |
¿Por qué, Señor, te tienes a distancia, | Lamed |
Te inhibes en los momentos del aprieto? | |
En la euforia del impío se consume el humilde | |
Y es cogido en la insidia que aquel trama. | |
El malvado se jacta en sus caprichos, | Mem |
Profiere maldición y desprecia al Señor. | |
Con el rostro altanero, no le busca; | Nun |
<<Dios no existe>>, es cuanto se le antoja. | |
Sus caminos prosperan sin cesar, | |
Tus juicios le están lejos | |
Y hace burla de todos sus rivales. | Samek” |
Salmo 33, 1-15. | |
“Bendeciré al Señor en todo tiempo, | Alef |
Sus alabanzas siempre en mi boca. | |
Mi alma se gloria en el Señor | Bet |
Y, al oírlo, se alegran los humildes. | |
Alabad conmigo al Señor, | Guimel |
Ensalcemos al unísono su Nombre. | |
Cuando busco al Señor, Él me responde | Dalet |
Y me libra de todos mis terrores. | |
Poned en Él los ojos, estad radiantes | He |
Y no tengáis los rostros abatidos. | |
Cuando el pobre lo invoca, Él lo escucha | Zain |
Y lo libra de todos sus aprietos. | |
El Ángel del Señor acampa en torno | Jet |
De los que le temen, y los salva. | |
Saboread y veréis | Tet |
Cuán bueno es el Señor: | |
dichosos los que en Él buscan abrigo. | |
Adorad al Señor, sus elegidos, | Yod |
Que de nada carece el que le teme. | |
Los ricos se empobrecen, pasan hambre; | Kaf |
Mas, quien busca al Señor, | |
No carecerá de bien alguno. | |
Venid, hijos y escuchadme, | Lamed |
Que el temor del Señor quiero enseñaros. | |
¿Quién se complace en el vivir | Mem |
Y desea días largos, en que poder gozar del bien?. | |
Ten en guarda tu lengua de lo malo | Nun |
Y tus labios de palabras engañosas. | |
Alejado del mal, practica el bien, | Samek |
Busca la paz y ve tras ella.” | |
Salmo 36, 1-28. | |
“No te enojes por causa del impío | Alef |
Ni envidies al autor de iniquidad, | |
Pues presto como el heno languidecen | |
Como la hierba verde se marchitan. | |
Confía en el Señor y obra bien: | Bet |
Moraras en el país | |
Y de tu fidelidad tendrás contento. | |
Deja al Señor tus suertes, | Guimel |
Y abandónate a Él, que Él obrara. | |
Él pondrá en plena luz tu causa justa | Dalet |
Y en claror de mediodía, tus derechos. | |
Apacigua tu ira y no te enfades | He |
Ni te enojes, quizá para hacer mal. | |
Serán abatidos los malvados | |
Y el que espera en el Señor tendrá al país. | |
Un poco, y el impío ya no existe; | Vau |
Si oteas sus parajes, ya no está. | |
Los humildes, en cambio, heredan el país | |
Y gozan de todo bien. | |
Maquinan los impíos contra el justo | Zain |
Y rechinan sus dientes contra él, | |
Pero el Señor se ríe ante sus cuentas, | |
Viendo llegar su día. | |
Desenvainan la espada los impíos, | Jet |
Tensan luego sus arcos, | |
Para abatir al pobre y desvalido | |
Y dar muerte a los justos. | |
Su espada se hundirá en su propio pecho, | |
Con sus arcos en trizas. | |
Vale más la migaja de los justos | Tet |
Que las riquezas del impío. | |
Los brazos del impío se quebrantan, | |
Mientras hallan los justos, sostén en el Señor. | |
Los días del perfecto, Él, los conoce, | Yod |
Su suerte es duradera. | |
En los tiempos infaustos no tendrá que avergonzarse, | |
Y en el día del hambre podrá gozar de hartura. | |
Van, en cambio, a la ruina los impíos: | Kaf |
Como el verdor del campo | |
Fenecen los enemigos del Señor, | |
Disipándose en humo. | |
Pide el malo prestado y no devuelve, | Lamed |
Mas el justo se apiada y hace dones. | |
Aquellos que Él bendiga poseerán la tierra, | |
Los que Él maldice serán exterminados. | |
El Señor afirma el paso del varón | Mem |
En cuyas sendas se complace. | |
No quedara postrado, aunque cayere, | |
Pues el Señor lo tiene de su mano. | |
Fui joven y he llegado a la vejez, | Nun |
Y nunca vi al justo en desamparo | |
Ni a sus hijos mendigando el pan. | |
Siempre abierto a piedad, sabe prestar, | |
Y su estirpe es alabada. | |
Apártate del mal y haz el bien, | Samek |
Y tendrás morada duradera, | |
Pues el Señor ama lo recto | |
Y no deja en la brecha a sus amigos. | |
Mientras estos perduran, | |
La raza del impío es extirpada.” | |
Salmo 110, 7. | |
“Aleluya. | |
Alabare al Señor con todo el corazón, | Alef |
En el consejo de los justos | Bet |
Y en la plena asamblea. | |
Grandiosas son las obras del Señor, | Guimel |
Meditadas por todos | Dalet |
Cuantos tienen en ella sus contentos. | |
Su obrar es majestuoso y esplendente, | He |
Su justicia permanece por los siglos: | Vau |
Él hizo memorable sus portentos. | Zain |
El Señor es bondadoso y compasivo, | Jet |
Da el sustento al que le teme | Yod |
Y recuerda por siempre su alianza. | |
A su pueblo revelo | Kaf |
La fuerza de sus obras, | |
Al darle la heredad de las naciones. | Lamed |
Las obras de sus manos, | Mem |
Son leales y justas, | Nun |
E indefectibles todos sus preceptos. | Samek” |
Salmo 111,8. | |
“Aleluya. | |
Dichoso el hombre que teme al Señor | Alef |
Y tiene en sus mandatos sus contentos. | Bet |
Pujante en el país es su linaje, | Guimel |
Pues la estirpe del justo es bendecida. | Dalet |
En su casa hay riqueza y abundancia, | He |
Y su prosperidad subsiste para siempre. | Vau |
Es una luz para el justo en las tinieblas, | Zain |
El compasivo, clemente y bondadoso. | Jet |
Feliz el que se apiada y da prestado, | Tet |
Y el que rige su hacienda con justicia: | Yod |
Jamás fenecerá, | Kaf |
Es perdurable el recuerdo de los justos. | Lamed |
No tendrá que temer de malas nuevas: | Mem |
Su corazón seguro confía en el Señor. | Nun |
Su valor se mantiene, sin temer, | Samek |
…” | |
Salmo 118, 1-120. | |
“Dichosos los que, sin mancha en su conducta, | Alef |
La ley del Señor toman por guía; | |
Dichosos quienes observan sus avisos | |
Y lo buscan con todo el corazón, | |
Que no incurren en maldad | |
Y se guían por sus sendas. | |
Tú diste tus mandatos | |
A fin de que se cumplan con esmero: | |
Ojala que mis pasos sean firmes | |
En la guarda de tus leyes. | |
No quedare entonces defraudado | |
Por seguir tus dictados; | |
Con recto corazón te alabare, | |
Al aprender tus justas decisiones. | |
Tus mandatos yo, cierto, he de cumplirlos: | |
No me dejes por nada en abandono. | |
¿Cómo podrá un joven seguir el buen camino? | Bet |
Cumpliendo tu palabra. | |
Yo te busco con todo el corazón: | |
No permitas que me desvíe de tus mandatos; | |
En mi interior escondo tus palabras, | |
A fin de no pecar en tu presencia. | |
Bendito seas Señor, | |
Enséname tus leyes. | |
Con mis labios yo anuncio | |
Las decisiones todas de tu boca. | |
En seguir tus avisos tengo gozo, | |
Más que en toda riqueza. | |
Tus preceptos yo quiero meditarlos | |
Y fijarme en tus senderos. | |
En tus leyes me complazco: | |
Jamás me olvidare de tu palabra. | |
Haz merced a tu siervo: | Guimel |
Que yo viva y guarde tu palabra. | |
Destápame los ojos y que vea | |
Los misterios de tu ley. | |
Yo soy un peregrino por el mundo: | |
No me ocultes tus preceptos. | |
Mi alma se deshace de nostalgia | |
Hacia tus decisiones, de continuo. | |
Tú lanzas maldición a los soberbios | |
Que abandonan tus leyes. | |
Ahórrame el oprobio y la deshonra: | |
Yo observo tus avisos. | |
Aunque se unan los grandes y tramen contra mí, | |
Meditara tu siervo tus mandatos: | |
Yo tengo en tus avisos mis delicias, | |
Y ellos son mis consejeros. | |
Mi alma está tocando con el polvo: | Dalet |
Dame vida conforme a tu palabra. | |
Yo describo mi camino y tú me atiendes: | |
Adoctríname en tus instituciones; | |
Introdúceme al curso de tus leyes, | |
Que yo pueda rumiar tus maravillas. | |
Mi alma es toda llanto de pesar: | |
Susténtame, conforme a tu palabra. | |
Ahórrame las sendas mentirosas | |
Y hazme la gracia de tu ley. | |
Yo he elegido la senda de verdad | |
Y hago mío tus juicios; | |
Yo me apego a tu enseñanza: | |
No permitas, Señor, que me avergüence. | |
Correré por los caminos de tu ley, | |
Pues tú ensanchas mis entrañas. | |
Instrúyeme, Señor, en tus mandatos, | He |
Y yo los guardare hasta el final. | |
Dame saber y observare tu ley, | |
La guardare de todo corazón. | |
Encáuzame por la senda de tus leyes, | |
Que en ella me complazco. | |
Pon en mi inclinación a tus avisos | |
Y no a mi provecho. | |
Desvía mi mirada de lo vano | |
Y haz que viva en tus caminos. | |
Haz real en tu siervo la palabra | |
Que lleva a tu temor. | |
Aparta de mí el oprobio del recelo, | |
Pues tus decisiones son amables. | |
Mira mi amor a tus mandatos | |
Y hazme vivir en tu justicia. | |
Venga a mí, Señor, tu gracia | Vau |
Tu socorro conforme a tu promesa, | |
Y podre yo responder al que me insulta | |
Que fio en tu palabra. | |
No arranques de mi boca la palabra de verdad: | |
Yo confío en tus decretos, | |
Y he de guardar tu ley | |
Por siempre, eternamente. | |
Podre andar en la holgura, | |
Pues busco tus mandatos; | |
Podre hablar ante los reyes de tus revelaciones, | |
Sin tener que azararme. | |
Yo me complazco en tus preceptos | |
Y les tengo afección. | |
Bendigo tus prescripciones, que yo amo, | |
Y medito tus leyes. | |
Ten presente a tu siervo la promesa | Zain |
En que me has hecho que esperara. | |
En mis pesares tengo yo este consuelo: | |
Que tu palabra me da vida. | |
Los soberbios me toman a irrisión | |
Más de tu ley no me desvío; | |
Recuerdo tu juicio de otro tiempo, | |
Señor, y me consuelo. | |
Soy pasto del furor de los impíos | |
Que abandonan tu ley. | |
Tus preceptos me son como cantares | |
En la casa en que habito. | |
En la noche, Señor, me acuerdo de tu Nombre | |
Y hago guardia a tu ley. | |
Cuanto tengo está aquí: | |
Guardar tus mandamientos. | |
Mi destino, Señor, -yo lo proclamo-, | Jet |
Es guardar tus ordenanzas. | |
De corazón imploro tu favor: | |
Apiádate, conforme a tu promesa. | |
A reflexión someto mis senderos | |
Y retorno mis pies a tus avisos; | |
Me apresuro y no dudo | |
En observar tus mandamientos. | |
Los lazos del impío me rodean, | |
Más de tu ley, yo no me olvido. | |
Me levanto en medio de la noche | |
Para alabarte por tus justos decretos. | |
Soy amigo de todo el que te teme | |
Y observa tus mandatos. | |
De tus gracias, Señor, la tierra está repleta: | |
Instrúyeme en tus leyes. | |
Eres generoso con tu siervo, | Tet |
Conforme, Señor, a tu palabra. | |
Enséñame juicio y discreción: | |
Yo tengo fe en tus mandatos. | |
Primero de humillarme andaba errado, | |
Pero ahora retengo tu palabra. | |
Tú eres bueno y haces bien: | |
Enséñame tus leyes. | |
Los soberbios me embarran de mentiras, | |
Más yo guardo tus leyes con amor, | |
su corazón es craso como el sebo, | |
mas para mi tu ley son mis delicias. | |
Saludable me ha sido la aflicción | |
Para aprender tus mandamientos. | |
Las leyes de tu boca cuestan más para mí | |
Que miles de moneda de oro y plata. | |
Tus manos me han creado y me han formado: | Yod |
Enséñame a comprender tus mandamientos. | |
Tus fieles me verán y gozaran | |
De que me haya acogido a tu palabra. | |
Yo sé, Señor, que tu juicio es justo | |
Y que tienes razón al afligirme. | |
Que tu piedad me alcance y viviré, | |
Tu ley son mis delicias. | |
Confúndase el soberbio que sin razón me aflige: | |
Yo rumio tus preceptos. | |
Que se vuelvan a mí los que te temen | |
Y podrán comprobar tus testimonios. | |
Que yo sea perfecto en tus mandatos, | |
Para no quedar avergonzado. | |
Mi alma desfallece por tu amparo, | Kaf |
Yo fio en tu palabra; | |
Mis ojos languidecen hacia tus promesas | |
Y digo: << ¿Cuándo vendrás a consolarme? >>. | |
Aun estando como odre puesto al humo, | |
No olvido tus preceptos. | |
¿Cuánto montan los días de tu siervo? | |
¿Cuándo harás tu juicio a mi opresor? | |
Ante mi excavan fosas los soberbios | |
En contra de tu ley. | |
Tus mandatos son todos lealtad: | |
Sin razón me persiguen; se mi ayuda. | |
Por muy poco me borran de la tierra, | |
Mas no abandono tus preceptos. | |
Por tu amor hazme vivir | |
Y observaré el aviso de tu boca. | |
Para siempre, Señor, | Lamed |
Subsiste en los cielos tu palabra; | |
Por todas las edades, tu verdad: | |
Tú fundaste la Tierra y se mantiene. | |
Conforme a tus decretos, perduran hasta hoy, | |
Porque todo se tiene a tu servicio. | |
Si en tu ley no tuviera mis delicias, | |
Hubiera perecido en mi miseria. | |
Jamás me olvidare de tus decretos, | |
Pues por ellos me das vida. | |
Tuyo soy, se tu mi auxilio, | |
Pues yo estudio tus preceptos. | |
Para ruina me acechan los malvados, | |
Mas yo prosigo absorto en tus avisos. | |
En toda perfección descubro límites, | |
Mas tus preceptos son vastos en extremo. | |
¡Como quiero yo tu ley! | Mem |
Ella es mi meditación de todo el día. | |
Sobre mis enemigos me hacen sabio tus mandatos, | |
Pues siempre están conmigo; | |
Aventajo en saber a mis maestros, | |
Por meditar en tus revelaciones; | |
Penetro más allá que los ancianos, | |
Por guardar tus preceptos. | |
De todo mal camino retengo yo mis pies, | |
Por obedecer a tu palabra. | |
De tus juicios no disiento, | |
Pues eres tú el que me enseña. | |
¡Cuán suaves al paladar son tus palabras, | |
Más que miel a la boca! | |
A través de tus mandatos yo comprendo | |
Y aborrezco el camino de mentira. | |
Tu palabra es el faro de mis pies | Nun |
Y una luz en mi senda. | |
Yo hice juramento, y lo mantengo, | |
De observar tus justas decisiones. | |
Harto grande es mi pena: | |
Dame, Señor, la vida, conforme a tu palabra. | |
Acepta, Señor, la oferta de mi boca | |
Y dame a conocer tus decisiones. | |
Mi vida está en mi mano expuesta de continuo, | |
Más no me olvido de tu ley. | |
Los impíos me ponen asechanzas, | |
Más de tu ley no me desvío. | |
Mi heredad serán por siempre tus avisos, | |
Ellos son la alegría de mi alma. | |
Inclino el corazón a practicar tus leyes, | |
Por siempre, hasta el final. | |
Yo aborrezco los equívocos, | Samek |
Y a tu ley tengo afecto. | |
Tú eres mi abrigo y tú, mi escudo, | |
Yo fío en tu palabra. | |
Apartaos de mí, los malhechores, | |
Yo cumplo los preceptos de mi Dios. | |
Sostenme, según tú promesa, y viviré, | |
No expongas a bochorno mi esperanza, | |
Mantenme y seré salvo, | |
Tendré siempre a mi vista tus preceptos. | |
Al que deja tus leyes lo desechas, | |
Su astucia es engañosa. | |
Como escoria remueves al impío, | |
Y así tengo yo amor a tus avisos. | |
Ante ti mi pavor mi carne se estremece | |
Y temo tus juicios.” |