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lunes, 27 de marzo de 2017

La gloria de Dios: advertencias



“Cuando el Señor les haya dado el pan de la angustia y el agua del apuro, no se esconderá ya tu maestro; pues tus ojos lo verán, y tus oídos oirán una palabra detrás de ti que dice: “Este es el camino, síganle tanto si van a la derecha o a la izquierda.” (Isaías 30, 21-20)

“Las decisiones que se toman con la mano izquierda son una tentación y hay que evitarlas porque te dejan atado a dolores, sufrimientos; dejan marcas difíciles de sanar.” (26 de marzo de 2017)

“Si estas advertencias que provienen directamente de Dios no son dadas por quien las recibe, puede ocurrir lo siguiente: la persona puede irse por el camino de la tentación y cargar con las consecuencias que ya sabemos son difíciles de sanar, o, puede que no tome el camino de la tentación, pero al no ser advertida, no le dará gloria a Dios.” (26 de marzo de 2017)

“Hijo de hombre, te he puesto de centinela en la casa de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado que es reo de muerte y tú no le das la alarma –es decir, no hablas poniendo en guardia al malvado para que cambie su mala conducta y conserve la vida-, entonces el malvado morirá por su culpa y a ti te pediré cuenta de su sangre. Pero si tú pones en guardia al malvado, y no se convierte de su maldad y de su mala conducta, entonces él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado la vida. Y si el justo se aparta de su justicia y comete maldades, pondré una trampa delante del él y morirá; por no haberlo puesto en guardia, él morirá por su pecado y no se tendrán en cuenta las obras justas que hizo; pero a ti te pediré cuenta de su sangre. Si tú, por el contrario, pones en guardia al justo para que no peque, y en efecto no peca, ciertamente conservará la vida por haber estado alerta, y tú habrás salvado la vida.” (Ezequiel 3, 17-21)