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lunes, 20 de marzo de 2017

La gloria de Dios: la justicia



“Con toda normalidad se vivía la vida,
entre juegos, música y comidas.
Hasta que un aviso de la justicia se hace presente.
Es la justicia del Dios que llega inevitablemente.

Aquel árbol que se veía majestuoso, de raíces tan grandes como otro árbol,
fue arrancado desde sus cimientos.
La casa que se veía majestuosa, grande y con nombres grabados,
está abandonada, no tiene fundamentos, siempre flotó en el agua.

Volando me lleva El Nazareno a un templo, templo oscuro y casi abandonado.
Allí reside uno vestido de blanco impecable, está oculto detrás de cortinas rotas e improvisadas.
La cortina es abierta por la Luz violeta. La cara de terror antecede al final. ”
(18/03/2017)

“La llegada del Hijo del Hombre será como en tiempos de Noé: en aquellos días anteriores al diluvio la gente comía y bebía y se casaban, hasta que Noé se metió en el arca. Y ellos no se enteraron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos. Así será la llegada del Hijo del Hombre. Estarán dos hombres en un campo: a uno se lo llevarán, al otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán, a la otra la dejarán. Por tanto estén prevenidos porque no saben el día que llegará su Señor. Ustedes ya saben que si el dueño de la casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, estaría vigilando y no permitiría que asalten su casa.” (Palabras de Jesús, Evangelio de Mateo 24:37-43)