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miércoles, 22 de marzo de 2017

Carta a la Familia


Carta a La Familia.
“Querida Familia, en nombre de Dios Padre, de su Hijo Jesús y del Espíritu Santo. Amen.
Comienzo esta carta, escribiendo lo que Jesús nos dejó dicho, tiempo atrás, y que tiene vigencia hasta la eternidad:
Mi Carne es verdadera comida y mi Sangre verdadera bebida” Palabras de Jesús en Evangelio de Juan 6, 55.
Nosotros que desde nuestros inicios fuimos espíritu y después carne; no dejemos ser solo carne sin espíritu. Atendamos el llamado de Jesús, seamos más espíritu que carne. Jesús dice:
El espíritu es quien da la vida, la carne para nada aprovecha”. Palabras de Jesús en Evangelio de Juan 6, 63.
Perdemos el tiempo, si nos dedicamos a los planos carnales, materiales y no a los espirituales. Es como haber vivido una vida vacía. Es como haber viajado y no haber visto y disfrutado del paisaje.
Les escribo estas líneas, porque debemos afianzar en nosotros, que es el espíritu el que debemos alimentar; porque desde allí venimos y hacia allá vamos. Toda materia acá se queda.
Si nos fortalecemos en espíritu y no en cuerpo (sepamos entender), a la hora de dejar la materia, nos vamos bien fortalecidos a los planos espirituales que nos esperan.
Habiendo comido del “Pan de Vida”, bien alimentados y preparados estamos; planos espirituales de mucha luz nos esperan; como bien lo dice Jesús: “Este es el pan que ha bajado del Cielo; no como aquel que comieron los padres, que comieron pero murieron; quien coma este pan vivirá eternamente“ Palabras de Jesús en Evangelio de Juan 6, 58.
La vida es un camino hermoso, lleno de oportunidades de amor para amar, y de apagar el odio con el “Agua Viva” del amor. De iluminar las tinieblas de algunos, con la luz que proyectamos. Aprovechemos al máximo la permanencia en este plano, para llegar al siguiente: “radiantes, satisfechos y llenos de luz.”
Quien es luz en este plano, y aprovecho para iluminar oscuridades, cuan bien recibido lo será ante nuestro Padre Celestial.
Seamos felices, demos gracias al Señor, porque somos de esta generación de Jesús, que nos vino a dejar su Carne y su Sangre, Pan y Vino que bajo del Cielo. Antes de Jesús, no lo hubo como tal, aprovechémoslo, comámoslo y bebámoslo.
Piquemos nuestra porción en tres, la primera para el hambriento, la segunda para quien vive con nosotros y la tercera para quien vive en nosotros.
Este plano de existencia es un regalo, es una gran oportunidad para dar Honor y Gloria a quien nos creó. Es ya, es ahora para cumplir Mandamientos y ser buenos y perfectos, como Dios lo es.”