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lunes, 30 de septiembre de 2019

El arcángel Miguel en las Sagradas Escrituras.


El arcángel Miguel en las Sagradas Escrituras.

Daniel 10.
                1 El tercer año de Ciro, rey de Persia, una palabra fue revelada a Daniel, de sobrenombre Baltsasar. Este mensaje fidedigno se refería a una prueba grande. Daniel comprendió la palabra y recibió la explicación de la visión.
                2 En ese tiempo, yo Daniel, guardaba luto por tres semanas. 3 Durante esas tres semanas no probé comidas exquisitas, me prive de carne y de vino y renuncie a cualquier perfume. 4 El dia vigésimo cuarto del primer mes estaba a orillas del gran rio Tigris. 5 Al levantar los ojos, vi a un hombre vestido de lino que llevaba un cinturón de oro brillante. 6 Su cuerpo parecía de piedras preciosas, su rostro tenia el aspecto del rayo; sus ojos eran como lámparas encendidas, sus brazos y sus piernas brillaban como el bronce bruñido y sus palabras resonaban como el estruendo de una muchedumbre.
                7 Solo, yo Daniel, contemple esa visión; los hombres que me acompañaban no vieron nada, pero se apodero de ellos un gran susto y corrieron a esconderse. 8 Seguí contemplando solo esa gran visión. Estaba sin fuerzas, mi rostro había cambiado de color y perdí el control de todos mis sentidos. 9 Oí lo que se decía y, al oírlo, caí desvanecido con el rostro en tierra.
                10 Entonces me toco una mano que me hizo temblar en todos mis miembros. 11 El hombre me dijo: “Daniel, toma en serio las palabras que te digo y mantente de pie, he sido enviado hasta ti porque tú eres amado de Dios”. Cuando me hubo hablado así, pude ponerme de pie, aunque seguía temblando. 12 Luego añadió: “No tengas miedo, Daniel, porque desde el primer dia en que trataste de comprender y de humillarte ante la mirada de tu Dios, tus palabras fueron escuchadas y por eso vine yo en persona”.
                13 El príncipe del reino de los persas me resistió durante veintiún días, pero vino en mi ayuda Miguel, uno de los principales príncipes. Lo dejé luchando con el rey de Persia 14 y vine a explicarte lo que ocurrirá a tu pueblo al fin de los tiempos. Porque esta visión también se refiere a esos días.
                15 Ante esas palabras incline hacia el suelo la cabeza y me quede sin palabras. 16 Pero me toco los labios un personaje de aspecto humano. Abrí la boca para hablar y dije al que estaba delante de mí: “Señor mío, esa visión me ha llenado de angustia y me ha descontrolado. 17 Soy solo el servidor de mi Señor, ¿Cómo podre hablar a mi señor si estoy sin fuerzas y me falta el aliento?”.
                18 El personaje que parecía un hombre me toco de nuevo y me reconforto. 19 Me dijo: “¡No temas, tu que eres amado de Dios, la paz sea contigo! ¡Animo, animo!” y mientras me hablaba, sentí que me volvían las fuerzas. Le dije: “Hable mi señor, porque me siento mejor”.
                20.21 Añadió: “¿Sabes por qué he venido donde ti? Te anunciare lo que está escrito en el libro de la verdad. Y luego, regresare a luchar con el príncipe de Persia. También está por llegar el príncipe de Yavan; nadie me ayuda contra ellos, excepto Miguel, el príncipe de ustedes.”

Daniel 12.
                1 En aquel tiempo se levantara Miguel, el gran príncipe, que defiende a los hijos de tu pueblo; porque será un tiempo de calamidades como no lo hubo desde que existen pueblos hasta hoy en dia. En ese tiempo se salvará tu pueblo, todos los que estén inscritos en el Libro. 2 Muchos de los que duermen en el lugar del polvo despertaran; unos para la vida eterna, otros para vergüenza y horror eternos.
                3 Los que tengan el conocimiento brillaran como un cielo resplandeciente, los que hayan guiado a los demás por la justicia brillaran como las estrellas por los siglos de los siglos. 4 Tu, Daniel, guarda en secreto estas palabras, que sean como un libro sellado hasta el momento del fin; muchos buscaran por aquí y por allá y la maldad ira en aumento.”
                5 Al levantar la vista, yo Daniel, vi a otros dos hombres que estaban en una y otra orilla del rio. 6 Uno de ellos dijo al hombre vestido de lino que estaba por encima de las aguas del rio: “¿Cuándo se cumplirán esas cosas prodigiosas?” 7 El hombre vestido de lino que estaba por encima de las aguas del rio levanto entonces sus dos manos al cielo y le oí que decía este juramento por el que vive eternamente: “Todo se realizara en un tiempo, dos tiempos y un medio tiempo. Todas estas cosas se cumplirán cuando el pueblo santo este completamente aplastado y sin fuerzas.”
                 8 Oia, pero no entendía. Hice entonces esta pregunta: “¿Señor mío, como será el fin de las cosas?” 9 Me respondió: “Anda, Daniel, estas cosas permanecerán en secreto y ocultas hasta el momento del fin. 10 Muchos serán purificados, blanqueados y puestos a prueba; los malos harán el mal y no comprenderán, más los que tienen el conocimiento comprenderán. 11 Desde el dia en que se suprima el sacrificio perpetuo y en que se erija la Abominación de la Desolación pasaran mil doscientos noventa días. 12 Feliz el que se mantenga en pie y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. 13 En cuanto a ti, Daniel, sigue hasta el fin de tu camino; iras a tu descanso y luego te levantaras al fin de los días para recibir tu recompensa”.

1 Tesalonicenses 4.
                1 Por lo demás, hermanos, les pedimos y rogamos en Nombre del Señor Jesús: aprendieron de nosotros como han de portarse para agradar a Dios; ya viven así, pero procuren hacer nuevos progresos.
                2 Conocen las tradiciones que les entregamos con la autoridad del Señor Jesús: 3 la voluntad de Dios es que se hagan santos y que rehúyan la fornicación. 4 Que cada uno se comporte con su esposa con santidad y respeto, 5 y no se deje llevar por la pura pasión, como hace la gente que no conoce a Dios. 6 Que nadie perjudique a su hermano en el negocio o se aproveche de él. El Señor hará justicia de todas estas cosas, como ya se lo hemos dicho y declarado. 7 Dios no nos llamó a vivir en la impureza, sino en la santidad. 8 Por eso, el que no haga caso de estas advertencias, desobedece, no a un hombre, sino al mismo Dios, que les da a ustedes su Espíritu Santo.
                9 En cuanto al amor mutuo de hermanos, no necesitan que les escriba, ya que Dios mismo les enseño a amarse unos a otros. 10 Ya lo practican con los hermanos de toda Macedonia, pero los invito a hacer todavía más.
                11 Aspiren a una vida ordenada, atendiendo a las propias necesidades y trabajar con las propias manos, como se lo hemos mandado. 12 Al observar estas reglas serán estimados por los de fuera y no pasarán necesidad.
13 Hermanos, deseo que estén bien enterados acerca de los que ya descansan. No deben afligirse como hacen los demás que no tienen esperanza. 14 ¿No creemos que Jesús murió y resucito? De la misma manera, pues, Dios hará que Jesús se lleve con él a los que ahora descansan.
15 Les comunicamos al respecto una palabra del Señor: nosotros, los que ahora vivimos, si todavía estamos con vida cuando venga el Señor, no tendremos ventaja sobre los que ya han muerto. 16 Cuando se de la señal por la voz del arcángel y la trompeta divina, el mismo Señor bajara del cielo. Y primero resucitaran los que murieron en Cristo. 17 Después nosotros, los vivos, los que todavía estemos, nos reuniremos con ellos, llevados en las nubes al encuentro del Señor, allá arriba. Y estaremos con el Señor para siempre.
18 Guarden, pues, estas palabras y confórtense unos a otros.”

Carta de Judas.
1 Judas, servidor de Jesucristo y hermano de Santiago, a los que fueron llamados a la fe, amados por Dios Padre y guardados en Cristo Jesús.
2 Abunde entre ustedes la misericordia, la paz y el amor.
3 Amadísimos, tenía un gran deseo de escribirles acerca de nuestra común salvación, y me sentí obligado a hacerlo para exhortarlos a luchar por la fe que Dios entrego de una vez para siempre a sus santos.
4 Porque se han infiltrado ciertas personas que ya estaban inscritas para esta condenación, gente impía que hacen de la gracia de nuestro Dios un pretexto para su libertinaje y niegan a nuestro único Dueño y Señor Jesucristo.
5 Quiero recordarles algo que ya saben, y es que el Señor, después de liberar a su pueblo del país de Egipto, intervino por segunda vez para entregar a la muerte a los que no creyeron. 6 Lo mismo hizo con los ángeles que no mantuvieron su dignidad y abandonaron su propia morada: Dios los encerró en cárceles eternas, en profundas tinieblas, hasta que llegue el Gran dia del Juicio. 7 De igual modo sentencio a Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas que se entregaban a la prostitución y se dejaban llevar por sus instintos; estas son ahora por su condenación una figura del fuego eterno. 8 Así también, estos hombres se dejan llevar por locuras parecidas: envilecen sus cuerpos y desprecian a las autoridades celestiales.
9 El arcángel Miguel, cuando pleiteaba con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés, no se atrevió a pronunciar contra él ninguna palabra de insulto, sino que sencillamente dijo: “¡Qué el Señor te reprenda!” 10 En cambio, esa gente, insulta y desprecia todo lo que no pueden entender, y lo que conocen por instinto, como los animales, lo utilizan para su corrupción.
11 ¡Pobres de ellos! Siguen los pasos de Caín, se extravían por causa del dinero al igual que Balaán y se pierden como el rebelde Coré. 12 Echan a perder las comidas de fraternidad que celebran ustedes, pues no piensan más que en sí mismos y comen desvergonzadamente.
Son como nubes arrastradas por el viento que no dan lluvia, árboles que no dan fruto al final del otoño y que ya están muertos antes de ser arrancados de raíz; olas embravecidas del mar, que arrojan la espuma de sus vicios; estrellas errantes a las que esperan las tinieblas eternas.
14 El patriarca Henoc, el séptimo después de Adán, dijo de ellos estas palabras: “El Señor viene con miles de ángeles 15 para juzgar a todos. Pedirá cuentas a los que se burlan del bien por todas las veces en que se burlaron, y castigara a los pecadores enemigos de Dios por todas las palabras injuriosas que profirieron.” 16 Son descontentos y frustrados que solo tratan de satisfacer sus pasiones; su boca está llena de palabras altisonantes y con ellas quieren impresionar a la gente para su propio provecho.
17 Pero ustedes, amadísimos, recuerden lo que los apóstoles de Cristo nuestro Señor les anunciaron. 18 Ellos les decían que al final de los tiempos aparecerán hombres que se burlaran de Dios y seguirán sus pasiones impías. 19 En la actualidad estos son los que causan divisiones, no van más de lo humano y no tienen el Espíritu.
20 En cambio ustedes, queridos hermanos, construyan su vida sobre los fundamentos de su santísima fe, oren en el Espíritu Santo 21 y manténganse en el amor de Dios, aguardando la misericordia de Jesucristo nuestro Señor, que los llevara a la vida eterna.
22 Muestren comprensión con los que dudan; 23 a unos los salvaran del fuego; de otros tendrán compasión, pero con mucho cuidado; ni siquiera toquen la ropa que llevan.
24 Al Dios único, que puede preservarlos de todo pecado y presentarlos alegres y sin mancha ante su propia Gloria; 25 al único que nos salva por medio de Cristo Jesús nuestro Señor, a él sea gloria, honor, fuerza y poder desde antes de todos los tiempos, ahora y por todos los siglos. Amén.”

Apocalipsis 12.
             1 Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. 2 Está embarazada y grita de dolor, porque le ha llegado la hora de dar a luz.
3 Apareció también otra señal: un enorme dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y en las cabezas siete coronas; 4 con su cola barre la tercera parte de las estrellas del cielo, precipitándolas sobre la tierra.
El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz para devorar a su hijo en cuanto naciera. 5 y la mujer dio a luz un hijo varón, que ha de gobernar a todas las naciones con vara de hierro; pero su hijo fue arrebatado y llevado ante Dios y su trono, 6 mientras la mujer huyo al desierto, donde tiene un lugar que Dios le ha preparado. Allí la alimentaran durante mil doscientos sesenta días.
7 Entonces se desato una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles. 8 Pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. 9 El dragón grande, la antigua serpiente, conocida como el Demonio o Satanás, fue expulsado; el seductor del mundo entero fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él.
10 Oí entonces una fuerte voz en el cielo que decía:
Por fin ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios, y la soberanía de su Ungido. Pues echaron al acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba dia y noche ante nuestro Dios. 11 Ellos lo vencieron con la sangre del Cordero, con su palabra y con su testimonio, pues hablaron sin tener miedo a la muerte. 12 Por eso, alégrense, cielos y los que habitan en ellos. Pero ¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha bajado donde ustedes y grande es su furor, al saber que le queda poco tiempo.
13 Cuando el dragón vio que había sido arrojado a la tierra, se puso a perseguir a la mujer que había dado a luz al varón. 14 Pero se le dieron a la mujer las dos alas del águila grande para que volara al desierto, a su lugar; allí será mantenida lejos del dragón por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo. 15 Entonces la serpiente vomito de su boca como un rio de agua detrás de la mujer para que la arrastrara, 16 pero la tierra vino en ayuda de la mujer. Abrió la tierra su boca y se tragó el rio que el dragón había vomitado.
17 Entonces el dragón se enfureció contra la mujer y se fue a hacer la guerra al resto de los hijos, es decir, a los que observan los mandamientos de Dios y guardan las declaraciones de Jesús. 18 Y se quedó a orillas del mar. “