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lunes, 6 de febrero de 2017

Decimo Mandamiento de Dios


"No codiciaras bienes ajenos.



Quien codicia bienes ajenos no respeta este mandamiento, hace que su consecuencia sea indebida.

Es el paso previo al robo, invasión, expropiación indebida y ruptura de relaciones.

Hay personas que se dedican a ver quién está en equilibrio físico y espiritual para arrebatarle sus pertenencias.  

Con nuestros bienes debemos ser humildes y no alardear de eso porque sucede que no todos tienen bienes y quieren tener, a como dé lugar. Hay algunos que mientras más tienen más quieren, porque se hacen vicioso de la pertenencia. 

A medida que las naciones crecen en población, tecnología y tenencia de bienes, esto se incrementa, si y solo si no hay valores en sus habitantes.

Hablamos del oro como un mineral de alta pureza y de difícil hallazgo, esto  
lo hace de alto valor para que lo codicien.  

Las relaciones familiares, de pareja, de buenas amistades, de nuestra relación con Dios, hay quienes la codician y pretenden destruir. Porque son personas que tampoco han tenido esos bienes y disfrutan con tratar de acabar con las buenas relaciones.

El valor siempre ha sido perseguido por la codicia. Porque todo lo que vale cuesta y nos encontramos con algunos que codician estos bienes.

El bien hay que protegerlo y eso se logra resguardando al valor.

El valor material se resguarda con seguridad.

El valor de relaciones familiares, de pareja se resguarda con honestidad, amor y comunicación.

El valor de nuestra relación con Dios se resguarda con amor, oración y fe.

Son tiempos para valorar todo lo que tenemos, porque en tiempos de guerra, donde todo escasea, todo lo que vale es oro para quien codicia.

Debemos tener cautela con quien se nos acerca y nuestros nuevos círculos de amistades, porque la codicia pudiera estar cerca.

A la juventud hay que criarla con mucho amor humildad y respeto. Con abundancia de lo que se tenga para que crezcan sanos y sin codicias en su vida.

Enseñarles que todo tiene valor y lo importante que es.

Todo lo adquirido material ,ha sido por nuestro día a día laboral.

Todo lo adquirido espiritual, ha sido  por nuestra entrega espiritual. 

Se cierra, este último mandamiento, con 3 instancias de la vida de Moisés.

Nacimiento.

Comunicación con Dios.

Obediencia a su mandato.  

Seamos sencillos, humildes y siempre con La Santísima Trinidad."

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