“Se leen
hoy, día del amor y la amistad,
poemas a Dios con gran alegría.
Esas palabras de amor
son llevadas por aves blancas,
se leen en lo más alto de los edificios
para que todos las escuchen.
¿Quién lee los poemas, quién es el encargado de
tal homenaje?
Es el convertido. Es aquel a quien Dios ha dado Su
perdón.
Un gran acto de amor.
Los niños corren de alegría.
Se preparan algunas novias para el casamiento:
“Entonces el reino de los cielos será semejante a
diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de
ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus
lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en
frascos junto con sus lámparas. Al tardarse el novio, a todas les dio sueño y
se durmieron. Pero a medianoche se oyó un clamor: ``¿Aquí está el novio! Salid
a recibir{lo.}" Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y
arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: ``Dadnos de
vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan."
Pero las prudentes
respondieron, diciendo: ``No, no sea que no haya suficiente para nosotras y
para vosotras; id más bien a los que venden y comprad para vosotras."Y
mientras ellas iban a comprar, vino el novio, y las que estaban preparadas
entraron con él al {banquete} de bodas, y se cerró la puerta.”
(Mateo 25:1-10)
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