Agonía de Jesús en Getsemaní
La oración en el huerto, temple sobre tabla de Andrea Mantegna (1431-1506)
Oración de Jesús
“Padre ha llegado la
hora, glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a ti, ya que le diste
autoridad sobre todos los hombres, para que El diera vida eterna a todos los
que tu le has dado. Pues esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único
Dios verdadero, y al que enviaste, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la
tierra, llevando a término la obra que me habías encomendado realizar. Ahora
glorifícame tu, Padre, junto a ti mismo, con la gloria que yo tenía junto a ti
antes que el mundo existiera”.
“He manifestado tu
nombre a los que, sacándolos del mundo, me entregaste. Tuyos eran, pero me los
diste a mí; y ellos han guardado tu palabra. Ahora ya saben que todo lo que me
has dado viene de ti, pues las palabras que tú me diste se las he dado a ellos,
y ellos las han acogido, porque saben realmente que yo salí de ti y han creído
que tú me has enviado. Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo sino por los
que mes has dado porque tuyos son. Pues todo lo mío es tuyo, y lo tuyo, mío; y en
ellos quedo yo glorificado. Yo no estoy ya en el mundo; pero ellos se quedan en
el mundo, mientras que yo voy a ti. Padre Santo, guárdalos en tu nombre, y en
ese nombre que me has dado, para que también ellos, lo mismo que nosotros sean
uno. Mientras yo estaba con ellos, los guardaba en tu nombre, en ese nombre que
me has dado, y vele por ellos; ninguno
de ellos se perdió, sino el hijo de perdición. Y así se cumplió la Escritura. Pero
ahora voy a ti; y digo estas cosas estando aun en el mundo, para que ellos
tengan en sí mismos mi alegría enteramente colmada. Yo les he comunicado tu
palabra; pero el mundo los odia porque no son del mundo, como tampoco lo soy
yo. No te pido que los saques del mundo, sino que los guardes del Maligno. No son
del mundo como tampoco yo. Conságralos en la verdad, tu palabra es verdad. Como
tú me enviaste al mundo, también yo los voy a enviar al mundo. Y por ellos me
consagro a mí mismo, para que también ellos sean consagrados en la verdad”.
“No solo por estos te
ruego, sino también por los que, mediante su palabra, creerán en mí. Que todos
sean uno. Como tu Padre, en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros,
y así el mundo crea que tú me has enviado. La gloria que me has dado yo se las
he dado a ellos, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo en ellos y tú
en mí, para que lleguen a ser consumados en uno, y así el mundo conozca que tú
me has enviado y que los has amado como tú me has amado a mí.“
“Padre quiero que
donde voy a estar, estén también conmigo los que me has dado y así contemplen
mi gloria, la que me has dado, porque me has amado desde antes de la creación del
mundo. Padre justo, realmente el mundo no te conoce, pero yo si te conozco; y
estos han conocido que tú me has enviado. Les he revelado tu nombre, y se lo seguiré
revelando, para que el amor con que me has amado este con ellos, y en ellos también
yo”. Palabras de Jesús Evangelio de Juan 17, 1-26.
Palabras de Jesús, durante su
Santa Agonía en Getsemaní (Mateo 26, 36-56):
- “Siéntense aquí, mientras yo voy a orar por allí.”
- “Siento tristezas de muerte; quédense aquí y velen conmigo.”
- “¡Padre mío: si es posible, que pase este cáliz! Pero no sea como yo quiero sino como quieras tú.”
- “De modo que no habéis podido velar una sola hora conmigo? Velad y orad, para no ceder en la tentación; el espíritu esta dispuesto, pero la carne es débil.”
- “¡Padre mío: si esto no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad!”
- “¡Padre mío: si esto no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad!”
- “¡Ya pueden dormir y descansar! Esta cerca la hora, y el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.”
- “Levántense, vamos; ya se acerca el que me va a entregar. “
- “Amigo, a lo que has venido”.
- “Vuelve tu espada a su sitio; porque todos los que empuñan espada, a espada morirán.”
- “¿O crees tú que no puedo acudir a mi Padre, que inmediatamente me enviaría más de doce legiones de ángeles?”
- “¿Pero, como se cumplirían las Escrituras, de que así tiene que suceder? “.
- “¿Como a un ladrón han salido con espadas y palos a prenderme? Día tras día estaba yo sentado en el templo enseñando, y no me arrestaron”.
- “Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los Profetas. “
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