“Yo soy el Alfa y
la Omega, dice el Señor Dios,
El que Es, el que
era y el que ha de venir, el dueño del Universo”.
Apocalipsis 1, 8.
“Sube aquí y te
mostrare lo que va a suceder en seguida” Apocalipsis 4, 1.
Así como me lo hacen ver, así se
los hago saber: todo tuvo, ha tenido y tendrá un orden, en la Creación de Dios
y en sus Santas voluntades. 06/04/2017
En mi visión, veo Escrituras en cuya
portada esta la imagen de Jesús; lo primero fue la Palabra, porque con la Palabra,
Dios empieza a crear todo:
“En el principio
era el verbo (la Palabra),
y el Verbo estaba
ante Dios,
y el Verbo era
Dios.
Estaba ante Dios en
el principio.
Por Él ha existido
todo,
y nada llego a ser
sin Él.” Juan 1, 1-3.
“En verdad les
digo: el que guarda mi palabra no probara la muerte jamás”. Palabras de Jesús
Me hacen subir hasta el espacio y en mi visión, veo que: tal
cual lo describen las Sagradas Escrituras, en la Biblia; al comienzo todo era
un abismo oscuro, apenas se veían como cirros o nubes de polvo volar.
“En el principio,
cuando Dios creo los cielos y la tierra, todo era confusión y no había nada en
la tierra. Las tinieblas cubrían los abismos mientras el Espíritu de Dios
aleteaba sobre la superficie de las aguas” Génesis 1, 1-2.
Continuo observando, y en lo profundo del espacio, veo una
pequeña circunferencia envuelta en una luz brillante. Toda esa circunferencia
estaba rodeada y protegida por un aro de intensa Luz.
Luego de la Palabra, vino la Luz:
“Dijo Dios: Haya
Luz, y hubo Luz.” Génesis 1, 3.
Jesús ha existido desde el principio de todo lo creado por Dios:
“Ella era la Luz
verdadera,
La luz que ilumina
a todo hombre,
Y llegaba al mundo,
este mundo que se
hizo por él,
este mundo que no
lo recibió.
Vino a su propia
casa, y los suyos no lo recibieron;
Pero a todos los
que lo recibieron
Les dio capacidad para
ser Hijos de Dios.
Al creer en su
nombre han nacido,
No de sangre
alguna, ni por ley de la carne,
Ni por voluntad de hombre,
Sino que han nacido
de Dios.
Y el Verbo se hizo
carne,
Puso su tienda
entre nosotros,
Y hemos visto su
Gloria:
La Gloria que
recibe del Padre el Hijo único;
En él todo era don
amoroso y verdad.” Juan 1, 9-14.
Con detenimiento veo que, desde
el espacio infinito, nos acercamos a esa pequeña esfera rodeada de la Luz, y
poco a poco fuimos viendo, al Planeta Tierra. Girando una y otra vez sin cesar.
Continentes, Océanos, Lagos y Ríos. Todo lo creado por Dios allí se encontraba.
En seis días creo Dios al mundo y
el séptimo descanso.
“Así estuvieron
terminados el cielo, la tierra y todo lo que hay en ellos. El día séptimo Dios
tuvo terminada su obra, y descanso en ese día de todo lo que había hecho.
Bendijo Dios el Séptimo día y lo hizo santo, porque ese día descanso de sus trabajos
después de toda esta creación que había hecho”. Génesis 2, 1-3.
“Del trono salen relámpagos,
voces y truenos. Ante el trono arden siete antorchas, que son los siete Espíritus
de Dios” Apocalipsis 4, 5.
“Vuelvan a ti, Señor
y Dios nuestro, la gloria, el honor y el poder, pues tú lo mereces.
Tu creaste todas
las cosas y por tu voluntad existen y fueron creadas” Apocalipsis 4, 11.
Jesús nos deja dicho, en siete Cartas,
en el Libro del Apocalipsis, que: no podemos perder el amor del principio, que
debemos arrepentirnos, recuperarnos, que debemos soportar las pruebas, que
debemos alejarnos de la prostitución, la idolatría, la adoración a los ídolos,
que despertemos y nos animemos, y animemos a lo que aún no ha muerto, que
pongamos en práctica todo lo dado, que soportemos la prueba que vendrá al
mundo, que nos dejemos de tibiezas, que nos convirtamos.
Jesús nos dice que de vencer y
resistir, los premios serán grandes: comeremos del Árbol de la Vida, nos
ganaremos la Corona de la Vida, que no temeremos de la segunda muerte, que nos dará
Mana misterioso y una piedra blanca con un único Nombre que nadie tiene, que
tendremos poder sobre las naciones, que nos dará la Estrella de la Mañana, que
nos vestirán de blanco y nuestros nombres se encontraran en el Libro de la Vida,
que seremos columnas del Templo de Dios, que conoceremos los tres Nombres: el
de Dios, el de la nueva Jerusalén y el nuevo nombre de Jesús y que nos
sentaremos a la mesa a comer con EL.
“Escucha el
significado de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha y de los
siete candeleros de oro: las siete estrellas son los Ángeles de las siete
Iglesias, y los siete candeleros son las siete Iglesias”.
Apocalipsis 1, 20.