1 Reyes 17 -
Biblia Septuaginta al Español
Elías predice
la sequía
1. Y dijo
Elías el profeta tesbita, el de Tesbe de Galaad, a Acab: «Vive el Señor, el
Dios de los ejércitos, el Dios de Israel, de quien estuve a la faz de El que ni
habrá estos años rocío y lluvia, sino por boca de palabra mía.»
2. Y vino
palabra del Señor a Elías:
3. «Ve de
aquí hacia el oriente y ocúltate en el torrente de Garit, el que está sobre la
faz del Jordán.
4. Y será
así: del torrente beberás agua, y a los cuervos mandaré alimentarte allí.»
5. E hizo
Elías según la palabra del Señor; y asentóse en el torrente de Garit sobre la
faz del Jordán.
6. Y los
cuervos traíanle panes y carne al alba, y panes y carne a la tarde, y del
torrente bebía agua.
7. Y
aconteció, después de algunos días que se secó el torrente; que no venía lluvia
sobre la tierra.
Elías y la
viuda de Sarepta
8. Y vino la
palabra del Señor a Elías, diciendo:
9. «Levántate
y ve a Sarefta de la Sidonia y asiéntate allí, he aquí he mandado allí a una
mujer viuda alimentarte.»
10. Y
levantóse y fue a Sarefta y vino a la puerta de la ciudad; y he aquí, allí una
mujer viuda recogía leña; y clamó en pos de ella Elías, y díjola: «Cógeme ahora
un poco de agua en vaso, y beberé.»
11. Y fue a
coger, y clamó en pos de ella Elías, y dijo: «¿Me cogerías ahora un bocado de
pan, del que está en tu mano?»
12. Y dijo la
mujer: «Vive el Señor, tu Dios, si tengo torta, sino sólo un puñado de harina
en el cántaro y un poco de aceite en la ampolla; y he aquí que yo recogeré dos
astillas y entraré y harélo para mí misma y mis hijos(a) , y lo comeremos y
moriremos.»
13. Y díjola
Elías: «Confía, entra y haz según tu palabra; y me traerás primero a mí, más
para ti misma y tus hijos harás al último.
14. Que esto
dice el Señor, el Dios de Israel: «El cántaro de la harina no desfallecerá, y
la ampolla del aceite no minorará hasta el día de dar el Señor la lluvia sobre
la faz de la tierra.»
15. Y fue la
mujer, e hizo según la palabra de Elías, y comió ella y él y los hijos de ella,
desde este día.
16. Y el
cántaro de la harina no desfalleció y la ampolla del aceite no minoró, según la
palabra del Señor la que habló en mano de Elías.
17. Y
aconteció después de esto que enfermó el hijo de la mujer, la dueña de la casa;
y era la enfermedad fuerte sobre todo, hasta no quedar en él aliento.
18. Y dijo a
Elías: «¿Qué a mí y a ti(b) , hombre de Dios? ¿Has entrado a mí para rememorar
mi iniquidad y matar a mi hijo?»
19. Y dijo
Elías a la mujer: «Dame tu hijo.» Y tomóle del seno de ella y subióle al
terrado, en que él se hospedaba, allí, y recostóle en el lecho de él.
20. Y clamó
Elías y dijo: «¡Ay, Señor, soy el testigo(c) de la viuda con quien yo habito
con ella, y tú has maltratado hasta matar a su hijo.»
21. Y
alentó(d) sobre el pequeñuelo tres veces e invocó al Señor y dijo: «Señor, Dios
mío, vuelva ya el alma de este pequeñuelo a él.»
22. E hízose
así, y clamó, y oyó el Señor en la voz de Elías; y volvió el alma del
pequeñuelo a sus entrañas y vivió. Y tomó Elías
23. al
pequeñuelo y bajóle del terrado a la casa y diole a su madre; y dijo Elías:
«Mira: vive tu hijo.»
24. Y dijo la
mujer a Elías: «He aquí, he conocido que tú eres un hombre de Dios, y que es
verdad que el verbo del Señor está en tu boca.»
1 Reyes 18 -
Biblia Septuaginta al Español
Elías regresa
a ver a Acab
1. Y
aconteció, después de días muchos que la palabra del Señor vino a Elías en el
año el tercero diciendo: «Ve, y manifiéstate a Acab, y daré lluvia sobre la haz
de la tierra.»
2. Y fue
Elías a manifestarse a Acab; y el hambre; fuerte en Samaria.
3. Y llamó
Acab a Abdías, el ecónomo; y Abdías era temeroso del Señor sobremanera.
4. Y
aconteció, al herir Jezabel a los profetas del Señor, que tomó Abdías a cien
varones profetas y ocultóles, de a cincuenta, en una caverna y alimentóles con
pan y agua.
5. Y dijo
Acab a Abdías: «¡Acá! y pasemos por la tierra y por las fuentes de las aguas y
por todos los torrentes, por si hallamos hierba y conservamos caballos y mulas,
y no sean exterminados de las tiendas(a) .
6. Y
dividiéronse el camino para atravesarla: Acab fue en camino uno, y Abdías fue
en camino otro, solo.
7. Y estaba
Abdías en el camino, solo, y vino Elías a su encuentro, solo: Y Abdías
apresuróse y cayó sobre su rostro y dijo: «¿Si tú eres el mismo, señor mío,
Elías?»
8. Y díjole
Elías: «Yo. Ve y di a tu señor: «He aquí a Elías.»
9. Y dijo
Abdías: «¿Qué he pecado que das tu siervo en mano de Acab para que me mate?
10. Vive el
Señor tu Dios, si hay gente o reino a donde no haya enviado mi señor a
buscarte; y si han dicho: «No está», ha encendido el reino y sus lugares,
porque no te ha hallado.
11. Y ahora
tú dices: Ve, anuncia a tu señor: «He aquí a Elías.»
12. Y será
que si yo me retirare de ti, el espíritu del Señor te llevará a la tierra que
no sé, y entraré a anunciar a Acab y no te hallará, y me matará; y tu siervo
está temiendo al Señor, desde su adolescencia.
13. ¿Acaso no
se ha anunciado a ti, mi señor, cuanto he hecho al matar Jezabel a los profetas
del Señor que oculté, de los profetas del Señor cien varones, de a cincuenta en
una caverna, y alimenté en panes y agua?
14. Y ahora
tú me dices: «Ve, di a tu señor: «He aquí a Elías»; y me matará.»
15. Y dijo
Elías: «¡Vive el Señor de los ejércitos, ante quien estoy ante su faz, que hoy
manifestaréme a él.»
16. Y fue
Abdías al encuentro a Acab y anuncióle, y corrió Acab y fue al encuentro de
Elías.
17. Y
aconteció, como vio Acab a Elías, que dijo Acab a Elías: «¿Si tú eres el mismo
que perturbas a Israel?»
18. Y dijo
Elías: «No perturbo a Israel, sino que tú y la casa de tu padre, con abandonar
vosotros al Señor Dios vuestro; y has ido en pos de los baales.
19. Y ahora
entra, congrega a todo Israel en el monte el Carmelo y los profetas de la ignominia,
cuatrocientos cincuenta a los profetas de las selvas y cuatrocientos que comen
a la mesa de Jezabel».
Elías y los
profetas de Baal
20. Y envió
Acab cerca de todo Israel y congregó a todos los profetas en el monte el
Carmelo.
21. Y llegóse
Elías a todos y díjoles Elías: «¿Hasta cuándo vosotros cojearéis de ambas
rodillas? Si es el Señor Dios, id en pos de él, pero si Baal, id en pos de él.»
Y no respondió el pueblo palabra.
22. Y dijo
Elías al pueblo: «Yo he quedado profeta del Señor, solísimo; y los sacerdotes
de Baal, cuatrocientos cincuenta varones, y los profetas de la selva
cuatrocientos.
23. Dennos
dos bueyes, y escójanse ellos el uno y desmiembre y pongan sobre los leños, y
fuego no pongan; y yo haré el buey, el otro y daré sobre los leños, y fuego no
pondré.
24. Y vocead
en nombre de vuestros dioses; y yo invocaré en el nombre del Señor, mi Dios; y
será el dios que escuchare en fuego, éste, Dios.» Y contestó, todo el pueblo:
«Bella la palabra que has hablado.»
25. Y dijo
Elías a los profetas de la ignominia: «Escogeos el becerro el uno, y haced
primero, pues muchos, vosotros; e invocad en nombre de vuestro dios; y fuego no
pongáis».
26. Y tomaron
el becerro que les dio, e hicieron, e invocaban en nombre de Baal, de alba a
mediodía; y decían: «Oyenos, el Baal, óyenos.» Y no había oída; y saltaban por
sobre el altar que hicieran.
27. E hízose
mediodía, y escarneciólos Elías el tesbita, y dijo: Invocad en voz grande,
porque dios es, porque locuacidad tiene; y también no sea que esté negociando
él o no sea que duerma él, y despertará.»
28. E
invocaban en voz grande; y cortábanse, al uso de ellos, en cuchillos y lancetas
hasta efusión de sangre sobre sí;
29. y
profetizaban(b) hasta que fue pasando el atardecer; y se hizo como el tiempo de
ofrendar la hostia —y no había voz, y no había oída— habló Elías el tesbita a
los profetas de las provocaciones, diciendo: «Apartaos desde ahora, y yo haré
mi holocausto.» Y apartáronse y retiráronse(c) .
30. Y dijo
Elías al pueblo: «Llegaos a mí», y llegóse todo el pueblo a él.
31. Y tomó
Elías doce piedras, según el número de las tribus de Israel, como habló el
Señor a él (d), diciendo: «Israel será tu nombre.»
32. Y edificó
las piedras en nombre del Señor, y sanó el altar del Señor, al derruido; e hizo
un mar que cogía dos medidas de semilla, en contorno del altar.
33. Y
amontonó las astillas sobre el altar que hizo; y desmembró el holocausto y puso
sobre las astillas y amontonó sobre el altar;
34. y dijo:
«Cogedme cuatro cántaros de agua y derramad sobre el holocausto y sobre las
astillas; e hicieron así.» Y dijo: «Asegundad»; y asegundaron. Y dijo:
«Atercerad»; y aterceraron.
35. Y
atravesaba el agua en contorno del altar, y el mar llenaron de agua.
36. Y
aconteció alrededor de la oblación de la hostia, que exclamó Elías al cielo y
dijo: «Señor, el Dios de Abrahán e Isaac e Israel, escúchame, Señor; escúchame
hoy en fuego, y conozcan todo este pueblo que tú eres el Señor, el Dios de
Israel, y yo, tu siervo, y por ti he hecho estas obras.
37.
Escúchame, Señor, escúchame y sepa este pueblo que tú eres Señor Dios —y (e) tú
has vuelto el corazón de este pueblo atrás.»
38. Y cayó
fuego de ante el Señor, desde el cielo, y devoró los holocaustos y las astillas
y el agua en el mar; y las piedras y el polvo lamió el fuego.
39. Y vieron
y cayó todo el pueblo sobre su rostro, y dijeron: «Verdaderamente, Señor, el
Dios, él es el Dios.»
40. Y dijo
Elías al pueblo: «Coged juntos a los profetas de Baal; nadie salve de ellos.» Y
cogiólos juntos, y bajólos Elías al torrente de Cisón, y degollólos allí.
Elías ora por lluvia
41. Y dijo
Elías a Acab: «Asciende, y come y bebe; que es la voz de los pies de la
lluvia.»
42. Y
ascendió Acab a comer y beber, y Elías ascendió sobre el Carmelo y postróse
sobre la tierra, y puso su rostro en medio de sus rodillas;
43. y dijo a
su niñito: «Asciende y mira camino de la mar.» Y ascendió y miró el niñito y
dijo: «No hay nada.» Y dijo Elías: «Y tú vuelve siete veces.»
44. Y volvió
el niñito siete veces; y aconteció en la séptima he ahí una nube, pequeña como
huella de varón, subiendo agua y dijo: «Asciende y di a Acab: «Unce tu carro y
baja porque no te coja la lluvia.»
45. Y
aconteció, de acá a allá, que el cielo se ennegreció de nubes y viento, y vino
lluvia grande; y lloraba (f) e íbase Acab a Jezabel.
46. Y mano
del Señor vino sobre Elías; y ciñó su lomo y corrió delante de Acab, para ir a
Jezabel.
1 Reyes 19 - Biblia Septuaginta al
Español
Elías huye a Horeb
1. Y anunció
Acab a Jezabel, su mujer, todo lo que hizo Elías y cómo mató a todos los
profetas en espada.
2. Y envió
Jezabel un mensajero a Elías y dijo: «Si tú eres Elías, también yo soy Jezabel.
Esto hágame Dios y esto añádame, que a esta hora, mañana, he de poner tu alma
así como el alma de uno de entre ellos.»
3. Y temió
Elías y levantóse y fue tras su alma; y va a Bersabé, tierra de Judá, y dejó a
su siervo allí.
4. Y él fue
por el desierto camino de un día y vino y sentóse bajo un enebro y rogó que su
alma muriera y dijo: «Baste ya; toma ahora mi alma, de mí, Señor, pues no soy
mejor yo sobre mis padres.»
5. Y durmióse
y durmió allí bajo una planta; y he aquí alguien(a) le tocó, y díjole:
«Levántate y come.»
6. Y miró
Elías y he aquí a su cabeza, una torta escandeña y una jarra de agua; y
levantóse y comió y bebió, y volvióse a dormir.
7. Y volvió
el ángel del Señor segunda vez, y tocóle y díjole: «Levántate y come, que es
mucha, para ti, la vía.»
8. Y
levantóse y comió y bebió, y caminó en fuerza de aquel alimento cuarenta días y
cuarenta noches, hasta el monte de Dios Horeb.
9. Y entró
allí en la caverna, y hospedóse allí, y he aquí palabra del Señor a él y dijo:
«¿Qué, tú aquí Elías?»
10. Y dijo
Elías: «Celando he celado por el Señor omnipotente, porque te han dejado los
hijos de Israel: tus alturas han demolido y tus profetas han matado en espada;
y he quedado yo solísimo; y buscan mi alma para quitarla.»
11. Y dijo:
«Saldrás mañana, y te pondrás a la faz del Señor en el monte; he aquí que
pasará el Señor, y he aquí que una ráfaga grande y poderosa, deshaciendo montes
y quebrantando peñas a faz del Señor; pero en la ráfaga no estaba el Señor; y,
después de la ráfaga un temblor; y en el temblor no estaba el Señor;
12. y,
después del temblor, fuego; pero en el fuego no estaba el Señor; y, después del
fuego, voz de aura suave.»
13. Y
aconteció, que cuando la oyó Elías, cubrió su semblante en su pellón, y salió y
púsose bajo la caverna, y he aquí, a él, una voz y dijo: «¿Qué tú, aquí,
Elías?»
14. Y dijo
Elías: «Celando he celado por el Señor omnipotente, porque te han dejado los
hijos de Israel, y tus altares han demolido y a tus profetas han matado en
espada, y he quedado yo solísimo, y buscan mi alma para quitarla.»
15. Y díjole
el Señor: «Ve, toma a tu camino y tomarás y ungirás a Hazael por rey de Suria;
16. y a Jehú,
hijo de Namsí ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo, hijo de Safat, de
Abelmulá, ungirás por profeta, en lugar tuyo.
17. Y será al
salvo de la espada de Hazael que matará Jehú; y al salvo de la espada de Jehú
que matará Eliseo.
18. Y dejarás
(b) en Israel siete millares de varones: todas las rodillas que no hincaron
rodillas a Baal, y toda boca que no le adoró.»(c).
Llamamiento de Eliseo
19. Y fuese
de allí; y encuentra a Eliseo, hijo de Safat, y él araba en vacas: doce yuntas
delante de él, y él en las doce; y fuese a él y arrojó su pellón sobre él.
20. Y dejó
Eliseo las vacas y corrió en pos de Elías, y dijo: «Acabaré de besar a mi padre
y seguiré en pos de ti.» Y dijo Elías: «Ve, vuelve, que he hecho para ti.»(d).
21. Y volvió
de en pos de él y tomó yuntas de vacas; y sacrificó y cociólas en los aparejos
de las vacas, y dio al pueblo, y comieron; y levantóse y fue en pos de Elías y
le sirvió.
1 Reyes 20 - Biblia Septuaginta al
Español
Acab derrota a los sirios
1. Y juntó
Benadad, rey de Siria, toda su fuerza y subió y sitió a Samaria; y treinta y
dos reyes con él, y todo caballo y carro; y subieron y sitiaron a Samaria y
combatieron contra ella.
2. Y envió
mensajeros a Acab, rey de Israel a la ciudad y le dijo: «Esto dice Benadad:
3. «Tu plata
y tu oro es mío; y tus mujeres y tus hijos, los hermosos, míos son.»
4. Y
respondió el rey de Israel y dijo: «Según que has hablado, señor mío, rey: tuyo
yo soy, y todo lo mío.»
5. Y
volvieron los mensajeros y dijeron: «Esto dice Benadad: Yo he enviado a ti,
diciendo: «Tu plata y tu oro, y tus mujeres y tus hijos me darás;
6. a esta
hora, pues, mañana enviaré mis niños a ti, y escudriñarán tu casa y las casas
de tus niños; y será: todos los deseos de sus ojos, sobre lo que pusieren sus
manos, cogerán.»
7. Y llamó el
rey de Israel todos los ancianos de la tierra, y dijo: «Conocéis ahora y veis
qué maldad éste busca; pues ha enviado a mí acerca de mis mujeres, y acerca de
mis hijos y acerca de mis hijas, la plata mía y el oro mío; no le he negado».
8. Y
dijéronle los ancianos y todo el pueblo: «No oigas y no quieras.»
9. Y
respondió a los mensajeros de Benadad: «Decid a vuestro señor, al rey: todo
cuanto has enviado a tu siervo primeramente, hará; pero esta palabra no podré
hacer.» Y partieron los varones y lleváronle la palabra.»
10. Y envió a
él Benadad, diciendo: «Esto hágame Dios y esto añada, si ha de bastar el polvo
de Samaria a las zorras(a), a todo el pueblo, a los infantes míos.»
11. Y
respondió el rey de Israel y dijo: « ¡Baste! ¡No se gloríe el gacho como el
recto!»(b).
12. Y aconteció,
cuando le respondió esta palabra bebiendo estaba él y todos los reyes con él,
en tiendas; y dijo a sus niños: «Edificad un vallado.» Y pusieron vallado sobre
la ciudad.
13. Y he aquí
que un profeta se acercó a Acab, rey de Israel, y dijo: «Esto dice el Señor: «
¿Si has visto lo grande de esta muchedumbre? He aquí yo la doy hoy en tus
manos, y conocerás que yo, soy el Señor.»
14. Y dijo
Acab: « ¿En(c) quién?» Y dijo: «Esto dice el Señor: «En los jovencillos de los
príncipes de las regiones.» Y dijo Acab: « ¿Quién empezará la guerra?» Y dijo:
«Tú.»
15. Y revistó
Acab a los príncipes, a los jovencillos, de las regiones; y eran doscientos
treinta; y, después de esto, revistó a todo el pueblo entero: siete millares.
16. Y salió
al mediodía; y Benadad, bebiendo ebrio «en las tiendas», él y los reyes:
treinta y dos reyes, auxiliares de él.
17. Y
salieron los príncipes jovencillos de las regiones, entre los primeros. Y
envían y anuncian al rey de Siria, diciendo: «Varones han salido de Samaria.»
18. Y díjoles:
« ¡Si a paz salen, cogerlos vivos a todos! y si a guerra han salido, vivos,
cogerlos a todos;
19. y no
salgan de la ciudad princesa(d) la chiquillería de las regiones.»(e). Y el
ejército, en pos de ellos.
20. Y
percutió cada uno al junto a él, y asegundó cada uno al junto a él (f); y huyó
Siria, y persiguióles Israel; y sálvase Benadad sobre caballo de caballero.
21. Y salió
el rey de Israel y cogió todos los caballos y los carros; y percutió plaga
grande en Siria.
22. Y
acercóse el profeta al rey de Israel y díjole: «Esfuérzate y conoce y ve qué
has de hacer; pues volviendo el año, Benadad, rey de Siria, sube contra ti.»
23. Y los
niños del rey de Siria dijéronle: «Dios de montes, Dios de Israel, y no dios de
valles (g); por esto ha prevalecido sobre nosotros; pero si guerreáremos con
ellos por llano, de fijo prevaleceremos sobre ellos.
24. Y esta
palabra haz: despide a los reyes, a cada uno a su lugar, y pon en vez de ellos
sátrapas.
25. Y te
llevaremos un ejército según el ejército caído de ti, y caballo por caballo y
carros por carros; y guerrearemos contra ellos por el llano, y prevaleceremos
sobre ellos.» Y oyó su voz, y se hizo así.
26. Y
aconteció, volviendo el año que revistó Benadad la Siria, y subió a Afer, en
guerra contra Israel.
27. Y los
hijos de Israel fueron revistados y aprovisionados, llegáronse al encuentro de
ellos; y acampó Israel en frente de ellos, tal como dos hatillos de cabras; y
Siria llenó la tierra.
28. Y
acercóse el hombre de Dios y dijo al rey de Israel: «Esto dice el Señor: «Por
cuanto ha dicho Siria: «Dios de montes, el Dios de Israel, y no dios de valles
él, daré este ejército el grande en tu mano, y conocerás que yo soy el Señor.»
29. Y acampan
éstos en frente de éstos siete días; y aconteció que en el día séptimo
sobrevino la guerra; y percutió Israel a la Siria cien millares de infantes en un
(h) día.
30. Y huyeron
los sobrevivientes, a Afer, a la ciudad; y cayó el muro sobre veintisiete
millares de varones de los sobrevivientes; y Benadad huyó y entró en la casa
del dormitorio, en el tálamo.
31. Y dijo a
sus niños: «Sé que los reyes de la casa de Israel, reyes de misericordia son.
Pongámonos ya sacos sobre nuestros lomos y cuerdas sobre nuestras cabezas, y
salgamos al encuentro del rey de Israel, por si vivifica nuestras almas.»
32. Y
ciñéronse sacos sobre sus lomos, y pusieron cuerdas sobre sus cabezas, y
dijeron al rey de Israel: «Tu siervo Benadad dice: «Viva ahora nuestra alma.» Y
dijo: «Si todavía vive, hermano mío es.»
33. Y los
varones auguraron (i) y libaron; y recogieron la palabra de su boca y dijeron:
«Hermano tuyo es Benadad.» Y dijo: «Entrad y tomadle.» Y salió a él Benadad; y
súbenle a él, en el carro.
34. Y díjole:
«Las ciudades que tomó mi padre a tu padre, te devolveré; y salidas (j) te
pondrás en Damasco así como puso mi padre en Samaria; y yo en alianza te
despediré.» E hizo con él alianza, y despidióle.
35. Y hombre
uno de los hijos de los profetas dijo a su compañero, en verbo del Señor:
«Percúteme ahora.» Y no quiso el hombre percutirle.
36. Y díjole:
«Por cuanto no has oído la voz del Señor, he aquí tú corres de mí, y te
percutirá un león.» Y retiróse de él; y hállale un león, y percutióle.
37. Y halla
hombre otro, y dijo: «Percúteme ahora.» Y percutióle el hombre; percutiendo
también quebrantóle.
38. Y fue el
profeta y presentóse al rey de Israel sobre el camino, y ató en venda sus ojos.
39. Y
aconteció, cuando pasaba el rey, éste clamaba al rey, y dijo: «Tu siervo salió
a la milicia de la guerra; y he aquí un varón trájome un varón y díjome:
«Guarda a este varón; pero si, escapando escapare, tu alma, por su alma; o un
talento de plata pesarás.»
40. Y
aconteció: miró en torno tu siervo acá y acá, y ése no estaba.» Y díjole el rey
de Israel: «He aquí, hasta los efugios ante mí has matado.»(k).
41. Y
apresuróse y quitó la venda de sus ojos, y conocióle el rey de Israel: que de
los profetas era éste.
42. Y díjole:
«Esto dice el Señor: «Por esto: porque soltaste tú a un varón digno de muerte,
de tu mano, será tu alma por el alma de él, y tu pueblo por el pueblo de él.»
43. Y fuese
el rey de Israel a su casa confuso y desfallecido; y viene a Samaria.
1 Reyes 21 - Biblia Septuaginta al
Español
Acab y la viña de Nabot
1. Y
aconteció, después de estas palabras que tenía Nabot, el jezraelita, una viña
junto a la era(a) de Acab, rey de Samaria.
2. Y habló
Acab a Nabot, diciendo: «Dame tu viña, y seráme en huerto de hortalizas; pues
cercana está de mi casa; y te daré viña otra, buena sobre ella; pero si place
delante de ti, te daré dinero precio de esta tu viña, y seráme en huerto de
hortalizas.»
3. Y dijo
Nabot a Acab: «No me venga de mi Dios darte la heredad de mis padres.»
4. Y púsose
el espíritu de Acab turbado y recostóse en su lecho; y cubrió su semblante, y
no comió pan.
5. Y entró
Jezabel, su mujer, a él y hablóle: « ¿Por qué está tu espíritu turbado y no
estás tú comiendo pan?»
6. Y díjola:
«Porque he hablado a Nabot, el jezraelita, diciendo: «Dame tu viña por dinero;
mas si quieres, te daré otra por ella.» Y dijo: «No te daré la heredad de mis
padres.»
7. Y díjole
Jezabel, su mujer: « ¿Tú ahora así haces de rey sobre Israel? Levántate y come
pan y estáte en ti; yo te daré la viña de Nabot el jezraelita.»
8. Y escribió
carta en el nombre de Acab y selló con el sello de él; y envió la carta a los
ancianos y a los libres los de la ciudad de él, los habitantes con Nabot.
9. Y escrito
estaba en las cartas, diciendo: «Ayunad ayuno y sentad a Nabot al principio del
pueblo.
10. Y colocad
a dos varones hijos de inicuos enfrente de él, y testimonien contra él,
diciendo: «Bendijo (b) a Dios y al rey» y sáquenle fuera y apedréenle y muera.»
11. E
hicieron los varones de la ciudad de él los ancianos y los libres, los
habitantes en la ciudad de él, así como envió a ellos Jezabel, y según lo que
había escrito en las cartas que les envió.
12. Y
pregonaron ayuno, y colocaron a Nabot al principio del pueblo.
13. Y
entraron dos varones, hijos de inicuos y sentáronse enfrente de él y
testimoniaron contra él, varones de la apostasía, frente a frente del pueblo,
diciendo: «Has bendecido a Dios y al rey.» Y le sacaron fuera de la ciudad y
apedrearon en piedras y murió.
14. Y
enviaron cerca de Jezabel, diciendo: «Apedreado está Nabot y muerto.»
15. Y
aconteció, cuando oyó Jezabel que estaba Nabot apedreado y muerto, dijo a Acab:
«Levántate y posee la viña de Nabot el jezsraelita, que no dio por dinero; pues
no está Nabot vivo, porque ha muerto.»
16. Y
aconteció, como oyó Acab que estaba muerto Nabot el jezraelita, rasgó sus
vestiduras y revistióse de saco; y aconteció, después de esto, levantóse Acab y
descendió a la viña de Nabot, el jezraelita, a poseerla.
17. Y dijo el
Señor a Elías, el tesbita, diciendo:
18.
«Levántate y desciende al encuentro de Acab, rey de Israel, el de Samaria; pues
éste está en viña de Nabot porque ha descendido allí a poseerla;
19. Y le
hablarás diciendo: Esto dice el Señor: «Como tú has matado y poseído, por eso
esto dice el Señor: «En todo lugar donde han lamido los puercos y los perros la
sangre de Nabot, allí lamerán los perros tu sangre, y las rameras lavarán en tu
sangre.»(c).
20. Y dijo
Acab a Elías: « ¿Si me has hallado enemigo mío?» Y dijo: «Te he hallado; por
esto: porque en vano te has vendido a hacer lo malo a faz del Señor, para
irritarle.
21. He aquí
yo traigo sobre ti males; y quemaré en pos de ti y exterminaré, de Acab a todo
meante en pared y ha guardado y abandonado en Israel;
22. y daré tu
casa como la casa de Jeroboam, hijo de Nabat, y como la casa de Baasá, hijo de
Ahías, por las exacerbaciones con que exacerbaste e hiciste pecar a Israel.»
23. Y a
Jezabel ha hablado el Señor, diciendo: «Los perros devoraránla en el antemural
de Jezrahel.
24. Al muerto
de Acab en la ciudad comerán los perros; y al muerto suyo en el campo comerán
los volátiles del cielo.
25. Por
cierto, en vano Acab; quien se vendió a hacer lo malo a faz del Señor, cual le
mudó Jezabel, su mujer,
26. e hízose
abominable sobremanera, andando tras de las abominaciones; según todo lo que
hizo el amorreo; a quien exterminó el Señor de la faz de hijos de Israel.»
27. Y por la
palabra, ¡cómo se compungió Acab ante la faz del Señor! y caminaba llorando; y
rasgó su túnica, y ciñóse saco sobre su cuerpo y ayunó; y se revistió de saco
en el día que percutió a Nabot, el jezraelita(d) ; y anduvo inclinado.
28. Y vino
palabra del Señor en mano de su siervo Elías acerca de Acab y dijo el Señor: «
¿Has visto cómo se ha compungido Acab ante mi faz? No traeré el mal en los días
de él; sino en los días de su hijo traeré el mal sobre la casa de él».
1 Reyes 22 - Biblia Septuaginta al
Español
Micaías profetiza la derrota de Acab
1. Y
reposaron tres años y no hubo guerra en medio de Siria y en medio de Israel.
2. Y
aconteció en el año tercero descender Josafat, rey de Judá, al rey de Israel.
3. Y dijo el
rey de Israel a los suyos: « ¿No sabéis que Ramat Galaad es nuestra, y nosotros
callamos(a) tomarla de manos del rey de Siria?»
4. Y dijo el
rey de Israel a Josafat: « ¿Subirás con nosotros a Ramat Galaad, a guerra?» y
dijo Josafat al rey de Israel: «Así como yo, también tú así; así como mi
pueblo, tu pueblo; como mis caballos, tus caballos.»
5. Y dijo
Josafat rey de Judá al rey de Israel: «Consultad ahora hoy al Señor.»
6. Y juntó el
rey de Israel todos los profetas, como cuatrocientos varones, y díjoles el rey:
« ¿Si iré a Ramat Galaad a guerra o desistiré?» Y dijeron: «Sube», y dando dará
el Señor en manos del rey.»
7. Y dijo
Josafat al rey de Israel: « ¿No hay aquí un profeta del Señor, y consultaremos
al Señor por medio de él?»
8. Y dijo el
rey de Israel a Josafat: «Uno hay para consultar por medio de él al Señor; y le
odio, pues no habla acerca de mí cosas bellas, sino malas: Miqueas, hijo de
Yemlá.» Y dijo Josafat, rey de Judá: «No diga el rey así.»
9. Y llamó el
rey de Israel a un eunuco, y le dijo: «Presto traed a Miqueas, hijo de Yemlá.»
10. Y el rey
de Israel y Josafat, rey de Judá estaban sentados, sobre sus tronos armados (b)
en las puertas de Samaria; y todos los profetas profetizaban a faz de ellos.
11. E hízose
Sedecías, hijo de Canaaná cuernos férreos y dijo: «Esto dice el Señor: «En
éstos cornearás a la Siria, hasta acabarle.»
12. Y todos
los profetas profetizaban así, diciendo: «Sube a Ramat Galaad, y bien te
encaminará y dará el Señor en tus manos también al rey de Siria».
13. Y el
mensajero, el ido a llamar a Miqueas, hablóle, diciendo: «He aquí ahora hablan
todos los profetas, en boca una, cosas bellas acerca del rey; hazte ahora
también tú, en tus palabras, según las palabras de uno de éstos y habla cosas
bellas.»
14. Y dijo
Miqueas: «Vive el Señor que lo que me hablare el Señor, esto hablaré.»
15. Y vino al
rey; y díjole el rey: «Miqueas, ¿si subiré a Ramat Galaad a guerra, o
desistiré?» Y díjole: «Sube, y bien encaminará el Señor en mano del rey.»(c).
16. Y díjole
el rey: « ¿Cuántas veces yo te conjuro que me hables la verdad en nombre del
Señor?
17. Y dijo:
«No es así: he visto a todo Israel disperso en los montes como rebaño que no
tiene pastor; y dijo el Señor: « ¿No, señor de éstos Dios? (d). Cada uno a su
casa en paz se vuelva.»
18. Y dijo el
rey de Israel a Josafat, rey de Judá: « ¿No te dije que no me profetiza éste
cosas bellas, sino que malas?»
19. Y dijo
Miqueas: «No así; no yo; oye palabra del Señor, no así: vi al Dios de Israel
sentado sobre su trono; y toda la milicia del cielo estaba en torno de él, a su
diestra y a su siniestra.
20. Y dijo el
Señor: « ¿Quién engañará a Acab, rey de Israel; y subirá y caerá en Ramat
Galaad?» Y dijo éste así, y éste así.
21. Y salió
un espíritu y púsose a faz del Señor y dijo: «Yo le engañaré.»
22. Y díjole
el Señor: « ¿En qué?» Y dijo: «Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de
todos sus profetas.» Y dijo: «Engañarás; que también podrás; sal y haz así.»
23. Y ahora
he aquí ha dado el Señor un espíritu mentido en la boca de todos tus profetas
éstos; y el Señor ha hablado sobre ti cosas malas.»
24. Y
acercóse Sedecías, hijo de Canaaná y percutió a Miqueas en la mejilla, y dijo: «
¿Qué espíritu del Señor éste ha pasado de mí, el que ha hablado en ti?»
25. Y dijo
Miqueas: «He aquí tú verás en aquel día cuando entrares en alcoba de la alcoba,
a ocultarte allí.»
26. Y dijo el
rey de Israel: «Coged a Miqueas, y volvedle a Amón, el rey de la ciudad. Y a
Joás, hijo del rey
27. di: «Dice
el rey y poner a éste en prisión, y que él coma pan de tribulación y agua de
tribulación, hasta volver yo en paz.»
28. Y dijo
Miqueas: «Si volviendo volvieres en paz, no ha hablado el Señor en mí.» Y dijo:
«Escuchad pueblos todos.»
29. Y subió
el rey de Israel y Josafat, rey de Judá con él a Ramat Galaad.
30. Y dijo el
rey de Israel a Josafat, rey de Judá: «Encubriréme y entraré en la guerra; y tú
ponte la vestidura mía.» Y encubrióse el rey de Israel, y entró en la guerra.
31. Y el rey
de Siria mandó a los príncipes de sus carros: treinta y dos, diciendo: «No
guerrearéis contra pequeño y grande, sino que contra el rey de Israel
solísimo.»
32. Y
aconteció, cuando vieron los príncipes de los carros a Josafat, rey de Judá,
ellos dijeron: «Parece rey de Israel éste.» Y acercáronle a guerrear, y gritó
Josafat.
33. Y
aconteció, como vieron los príncipes de los carros que no es el rey de Israel
éste, volviéronse de él.
34. Y tendió
uno el arco certeramente, y percutió al rey de Israel en medio del pulmón y en
medio de la coraza; y dijo a su auriga: «Vuelve tus manos y sácame de la guerra
que herido estoy.»
35. Y fluctuó
la guerra en aquel día, y el rey estúvose sobre el carro en frente de Siria,
desde el alba hasta la tarde y destilaba la sangre, desde la herida al seno del
carro; y murió al atardecer; y corría la sangre de la mudanza hasta el seno del
carro (e).
36. Y púsose
el heraldo del ejército en el campamento, poniéndose el sol, diciendo: «Cada
cual a su ciudad y a su tierra corra;
37. que ha
muerto el rey.»(f). Y vinieron a Samaria, y sepultaron al rey en Samaria.
38. Y lavaron
la sangre sobre la fuente de Samaria, y lamiéronse los puercos y los perros la
sangre; y las rameras laváronse en la sangre (g) ; según la palabra del Señor
la que habló.
39. Y lo
demás de las palabras de Acab y todo lo que hizo y una casa marfileña que
edificó, y todas las ciudades que hizo ¿no está, he aquí, esto escrito en libro
de palabras de los reyes de Israel?
40. Y
durmióse Acab con sus padres, y reinó Ocozías, su hijo, en lugar de él.
Reinado de Josafat
41. Y
Josafat, hijo de Asa, reinó sobre Judá; en año cuarto de Acab, rey de Israel,
reinó
42. Josafat;
hijo de treinta y cinco años, al reinar; y veinticinco años reinó en Jerusalén,
y nombre de su madre Azubá, hija de Salaí.
43. Y anduvo
en toda vía de Asa, su padre; no declinó de ella; haciendo lo recto en ojos del
Señor.
44. Empero
las alturas no quitó; todavía el pueblo sacrificaba e incensaba en las alturas.
45. Y paz tuvo
Josafat con el rey de Israel.
46. Y lo
demás de las palabras de Josafat y los poderíos de él, cuanto hizo y cuanto
guerreó, ¿no está, he aquí, esto escrito en libro de palabras de los días de
reyes de Judá?
47. Y el
resto de la inmutación (h) que quedó en días de Asa, su padre, recogió de la
tierra.
48. Y rey no había
en Edom(i) , constituido.
49. Y el rey
Josafat hizo naves társicas (j) que fueran a Ofir por oro; y no fueron, porque
destrozadas fueron naves en Asión-Gaber.
50. Entonces
dijo Ocozías, hijo de Acab, a Josafat: «Vayan mis siervos con tus siervos en las
naves.» Y no quiso Josafat.
Reinado de Ocozías de Israel
51. Y
durmióse Josafat con sus padres, y fue sepultado junto a sus padres en la
ciudad de David, su padre; y reinó Joram, su hijo, en lugar de él.
52. Y
Ocozías, hijo de Acab, reinó sobre Israel en Samaria; en año décimo séptimo de
Josafat, rey de Judá, Ocozías, hijo de Acab, reinó en Israel, en Samaria, dos
años.
53. E hizo lo
malo a faz del Señor, y anduvo en camino de Acab, su padre, y en camino de
Jezabel, su madre, y en los pecados de casa de Jeroboam, hijo de Nabat, el que
hizo pecar a Israel.
2 Reyes 1 - Biblia Septuaginta al
Español
Muerte de Ocozías
1. Y rebelóse
Moab en Israel, después de morir Acab.
2. Y cayó
Ocozías por el enrejado en la terraza de él en Samaria y enfermó. Y envió
mensajeros y díjoles: «Id y consultad en el Baal-mosca(a), dios de Acarón, si
he de vivir de esta mi enfermedad».
3. Y un ángel
del Señor llamó a Elías, el tesbita, diciendo: «Levantándote ¡acá! al encuentro
de los mensajeros de Ocozías, rey de Samaria, y les dirás: ¿Si, por no haber,
Dios en Israel, vosotros vais a consultar en el Baal-mosca, dios de Acarón? Y
no así;
4. pues esto
dice el Señor: «El lecho sobre el cual has subido allí —no bajarás de él,
porque de muerte morirás». Y fue Elías, y díjoles:
5. Y
volvieron los mensajeros a él, y díjoles: « ¿Qué, porqué habéis vuelto?».
6. Y
dijéronle: «Un varón subió a nuestro encuentro y díjonos: «Id, volved al rey,
al que os ha enviado y decidle: «Esto dice el Señor: « ¿Si por no haber Dios en
Israel, tú vas para consultar en Baal-mosca, dios de Acarón? No así; el lecho
sobre el cual has subido allí —no bajarás de él, porque de muerte morirás». Y
los vueltos anunciaron al rey según que les habló Elías (b).
7. Y díjoles:
«¿Cuál el distintivo del varón el que os subió al encuentro y os habló estas
palabras».
8. Y
dijéronle: «Varón piloso, y de cinturón pelíceo ceñido en torno del lomo de
él». Y dijo: «Elías, el tesbita, este es».
9. Y envió a
él a un príncipe cincuentenario y los cincuenta hombres de él; y subió a él. Y
he aquí Elías sentado estaba sobre la cima del monte. Y habló el príncipe
cincuentenario a él y dijo: «Hombre de Dios, el rey te ha llamado: Desciende».
10. Y
respondió Elías y dijo al príncipe cincuentenario: «Y si soy hombre de Dios,
yo, bajará fuego desde el cielo y te devorará a ti y a los cincuenta tuyos». Y
bajó fuego desde el cielo y devoróle, y a los cincuenta de él.
11. Y
prosiguió el rey y envió a él a otro príncipe cincuentenario y los cincuenta de
él; y ascendió y habló el príncipe cincuentenario a él y dijo: «Hombre de Dios
esto dice el rey: «Presto desciende».
12. Y
respondió Elías y hablóle y dijo: «Si soy hombre de Dios, yo, bajará fuego
desde el cielo y devorará a ti y los cincuenta tuyos». Y bajó fuego desde el
cielo y devoróle y a los cincuenta de él.
13. Y
prosiguió el rey todavía enviando a un caudillo y los cincuenta de él; y vino
el príncipe cincuentenario el tercero y doblóse sobre sus rodillas delante de
Elías y rogóle; y le habló y dijo: «Hombre de Dios, encarezca mi alma y el alma
de estos siervos tuyos, los cincuenta en tus ojos;
14. he aquí
ha bajado fuego desde el cielo y devorado a los dos príncipes cincuentenarios
los primeros y a los cincuenta de ellos; y ahora encarezca ya mi alma en tus
ojos».
15. Y habló
un ángel del Señor a Elías y dijo: «Desciende con él: no temas a la faz de
ellos». Y levantóse Elías y bajó con él al rey;
16. y hablóle
y dijo Elías: «Esto dice el Señor: « ¿Qué, por qué has enviado mensajeros a
consultar en el Baal-mosca, dios de Acarón? ¿Por no haber Dios en Israel para
consultar en palabra de él? ¿No es así? El lecho sobre el cual has subido, allí
no bajarás de él; porque de muerte morirás».
17. Y murió
según la palabra del Señor que habló Elías. Y reinó Joram, su hermano, en lugar
de él, en año segundo de Joram, hijo de Josafat, rey de Judá; pues no tenía
hijo.
18. Y lo
demás de las palabras de Ocozías lo que hizo ¿no está, he aquí, esto escrito en
libro de palabras de los días, para reyes de Israel? —Y Joram, hijo de Acab,
reina sobre Israel en Samaria, años doce, en año décimo octavo de Josafat, rey
de Judá; e hizo lo malo a faz del Señor; empero no como sus hermanos, ni como
su madre; y quitó las columnas de Baal que hizo su padre, y destrozólas; empero
a los pecados de casa de Jeroboam, quien hizo pecar a Israel, adhirió, ni se
apartó de ellos. Y enfurecióse con ira el Señor contra la casa de Acab(c).
2 Reyes 2 - Biblia Septuaginta al
Español
Eliseo sucede a Elías
1. Y
aconteció, al asumir el Señor en retembla a Elías como al cielo, iba Elías y
Eliseo, de Galgal.
2. Y dijo
Elías a Eliseo: «Siéntate ahora aquí; porque Dios me ha enviado hasta Betel». Y
dijo Eliseo: « ¡Vive Señor y vive tu alma, si te he de abandonar!» Y vino a
Betel.
3. Y vinieron
los hijos de los profetas, los en Betel, a Eliseo y dijéronle: «¿Si has
conocido que el Señor hoy toma a tu señor de sobre tu cabeza?» Y dijo: «También
yo he conocido; callad».
4. Y dijo
Elías a Eliseo: «Siéntate ahora aquí; porque el Señor me ha enviado a Jericó».
Y dijo: «Vive el Señor y vive tu alma, si te he de abandonar!» Y vinieron a
Jericó;
5. y
acercáronse los hijos de los profetas de Jericó, a Eliseo y dijéronle: «¿Si has
conocido que hoy toma el Señor a tu señor de sobre tu cabeza?». Y dijo:
«También por cierto yo he conocido; callad».
6. Y díjole
Elías: «Siéntate ahora aquí porque el Señor me ha enviado al Jordán». Y dijo
Eliseo: « ¡Vive Señor y vive tu alma si te he de abandonar!» Y fueron ambos
7. y
cincuenta varones, hijos de los profetas, y paráronse frente a frente, en
lontananza; y ambos paráronse sobre el Jordán.
8. Y tomó
Elías su pellón y enrolló, y golpeó el agua; y hendióse el agua acá y acá; y
pasaron ambos en seco.
9. Y
aconteció al pasar ellos que Elías dijo a Eliseo: «Pide que te haga yo, antes
de ser asumido yo de ti». Y dijo Eliseo: «Hágase ahora lo duplo en tu espíritu
sobre mí».
10. Y dijo
Elías: «Duro has sido para pedir; si me vieres asumido de ti, te será así; y,
si no, no te habrá de ser».
11. Y
aconteció, ellos caminando caminaban y hablaban; y he aquí que un carro de
fuego y bridones de fuego, les dividieron en medio de entrambos; y asumido fue
Elías en retemblor como al cielo.
12. Y Eliseo
miraba y gritaba: « ¡Padre, padre! carro de Israel y su auriga(a) ». y no le
vio más; y tomó sus vestiduras y rasgólas en dos rasgones.
13. Y levantó
el pellón de Elías, que cayera sobre él; y volvió Eliseo y paróse sobre el
labio del Jordán.
14. Y tomó el
pellón Eliseo, el que cayó sobre él y golpeó el agua y dijo: « ¿dónde está el
Dios de Elías el eterno?»(b) Y golpeó las aguas y hendiéronse acá y acá, y pasó
Eliseo.
15. Y
viéronle los hijos de los profetas los en Jericó, frente a frente y dijeron:
«Reposando está el espíritu de Elías sobre Eliseo.» Y vinieron a su encuentro y
adoráronle sobre la tierra;
16. y
dijéronle: «He aquí ahora, con tus niños, cincuenta varones, hijos de poder;
yendo ahora busquen a tu señor, no sea que le haya alzado el espíritu del Señor
y lanzádole en el Jordán o sobre uno de los montes o sobre una de las
colinas»(c). Y dijo: «No enviéis».
17. Y
obligáronle hasta avergonzarle, y dijo: «Enviad». Y enviaron cincuenta varones
y buscaron tres días, y no le hallaron.
18. Y
volvieron a él; y él sentado estaba en Jericó; y dijo Eliseo: « ¿No os dije:
«No vayáis»?
19. Y dijeron
los varones de la ciudad a Eliseo: «He aquí la habitación de la ciudad, buena,
según que el señor ve; y las aguas, malas, y la tierra abortiva (d) ».
20. Y dijo
Eliseo: «Tomadme una anforita nueva, y poned allí sal». Y tomaron y trajéronle.
21. Y salió
Eliseo a la salida del agua y arrojó allá sal, y dijo: «Esto dice el Señor: «He
sanado estas aguas; no será ya de allí muerte y abortiva».
22. Y sanaron
las aguas desde este día, según la palabra de Eliseo, la que habló.
23. Y subió
de allí a Betel; y, subiendo él en el camino, rapazuelos pequeños salieron de
la ciudad, e íbanse burlando de él y decíanle: «Sube, calvo; sube, calvo».
24. y volvióse
en pos de ellos y los vio y maldíjolos en nombre del Señor; y he aquí salieron
dos osos del bosque y destrozaron de ellos, cuarenta y dos rapaces.
25. Y fue de
allí, al monte: al Carmelo, y de allí retornó a Samaria.
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