“Jesús quiere muchos hogares tener.
Quiere habitar en nosotros.
Pero, ¿Qué necesita Jesús para
conformar su hogar en nosotros?
Necesita congregación, orden,
disciplina, unidad, alegría, diversión,
inocencia, enseñanza, aprendizaje, disposición,
colaboración.
Recordamos que nuestro cuerpo es
Templo del Espíritu Santo.
Recordamos que Jesús nació en
humildad.
Recordamos que nació en un hogar
lleno de amor.
Recordamos que nació de una mujer
pura y dispuesta.
Recordamos que Su nacimiento fue y
sigue siendo motivo de alegría para Su pueblo.
Recordamos que Él es portador de la
Buena Noticia.
Recordamos que Jesús es felicidad
plena.
Como niños debemos ser para
recibirlo.”
“Si el
Señor no construye la casa,
en
vano trabajan los albañiles;
si el
Señor no cuida la ciudad,
en
vano vigila la guardia.
Es
inútil que os levantéis temprano,
y
retraséis el descanso
los
que coméis el pan de los ídolos,
el
Dios fiel da el éxito a su amigo.
Mirad:
la herencia del Señor son los hijos,
su
salario el fruto del vientre.
Como
saetas en manos de un guerrero
son
los hijos de la juventud.
¡Dichoso
el hombre que llena
con
ellas la aljaba!
No
será humillado, al alejar
de la
puerta a sus enemigos.”
Salmo
127 (126)
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